En tiempos de crisis, el consumismo es lo primero que debería ponerse en cuestión. Eso es lo que ha hecho la Casa de Juventud del Arrabal, que a finales de diciembre organizó el primer mercadillo de trueque que se celebró en el barrio zaragozano, bajo el lema No tengas miedo al cambio. "El objetivo es que los vecinos traigan artículos que ya no necesitan y que se amontonan en sus casas para intercambiarlos con otras personas por cosas que sí les hacen falta", explicó Diego Tudela, que subrayó que "el dinero no está permitido".

El mercadillo del trueque se montó en el Centro Cívico del Tío Jorge, al lado de la plaza de San Gregorio. "La gente ha respondido, y de hecho hemos tenido que poner más expositores de los previstos", aseguró Tudela.

A mediodía, los residentes del Arrabal se acercaron a esta curiosa iniciativa y comprobaron que había muchas posibilidades de hacer un trueque. Ropa, libros, productos electrónicos y juguetes usados estaban a la vista sobre varias mesas, a la espera de que alguien se los llevara a cambio de otro artículo. Además, los que lo deseaban podían tomar una tapa y un refresco, por solo un euro, en un mostrador del mercadillo. "El dinero que recaudemos lo daremos a la asociación Eugenio López, que ayuda a niños del Arrabal que necesitan libros escolares y becas de comedor".

El trueque está en auge. "Claro que te encuentras con gente para los que esto es nuevo, pero lo cierto es que cada vez hay más personas habituadas al intercambio como forma de vida", apuntó Tudela. En este sentido, recordó que muchos residentes recurren a menudo a una página web, trueques en Zaragoza, para hacerse con los productos que precisan.