El 5 de julio fue un día de reencuentro en el recinto de la Expo. La Torre del Agua, emblemático diseño del arquitecto Enrique de Teresa, abría de nuevo sus puertas para que Zaragoza volviera a darle la bienvenida, cinco años después, a la escultura Splash en las primeras visitas guiadas gratuitas que se ofrecerán hasta el próximo 12 de octubre a los ciudadanos que deseen contemplarla. Y la respuesta de la ciudad y de los visitantes a esta iniciativa no pudo ser mejor ya que a los pocos días se agotaron las 1.800 plazas previstas para realizar alguna de las visitas guiadas programadas hasta el 12 de octubre y que va a realizar la Asociación Legado Expo.

Un éxito que desde el Ayuntamiento de Zaragoza se observa con satisfacción y que, se estima, debería traducirse en una ampliación de la oferta de visitas a los días laborables. Actualmente, solo pueden realizarse visitas los sábados y domingos, en grupos de hasta 20 personas. Por ello, ya en el último Consejo de la Sociedad Expo Empresarial (gestora del edificio), el representante municipal en el mismo solicitó formalmente la ampliación del calendario de visitas a los días laborables y la conveniencia de coordinarlo e incorporarlo a la oferta de Bus Turístico que presta el ayuntamiento.

Sin embargo, el día en que se iniciaron las visitas, Teresa Alós, directora de la Torre del Agua, indicó que "no se contempla de momento" ampliar horarios, días o calendario. "A partir de octubre veremos", añadía, al tiempo que recordaba que "hay un proyecto bastante avanzado para la planta cero" y "también hacer algo en la cubierta y en la planta 23 (el mirador)". Un aspecto este que pedían muchos visitantes que apostaban por dar algún uso a este majestuoso edificio.

GRAN INTERÉS

Además del interés que han despertado estas visitas, durante las mismas los participantes podrán descubrir y profundizar en este emblemático edificio. Así, en ellas se explican diferentes aspectos de la arquitectura de la Torre del Agua y del Splash, la forma que tiene, sus dimensiones generales, sus peculiaridades y todos aquellos aspectos que las convierten en las obras emblemáticas que son.

Enclavada frente al Palacio de Congresos de la Expo, en pleno corazón del meandro de Ranillas y presidiendo el acceso principal al Parque del Agua Luis Buñuel, la Torre constituye uno de los mayores iconos del legado arquitectónico de la Exposición Internacional de 2008, por su contorno perimetral en forma de gota de agua, su fachada exterior completamente acristalada, así como por su altura (76 metros) y singularidad (doble percepción del edificio de día --volumen opaco--, y de noche --gran faro luminoso--).

Una admiración similar a la que despierta la intervención artística que alberga en su interior, el popular Splash, que simula el impacto de una gota de agua al caer y que fue instalada de nuevo en la Torre el pasado mes de junio, tras varios años retirada y almacenada. La escultura es una obra de 21 metros de altura, compuesta de 135 piezas, diseñada por Program Collective y desarrollada mediante fluidos y dinámicas por Pere Gifre.