Desde la biblioteca de Zuera, un lugar lleno de cuentos escritos, proponemos en varias ocasiones a lo largo del año, diferentes sesiones de cuenta cuentos. Por mucho que nuestro objetivo sea que nuestros usuarios lean, de vez en cuando, hacemos hincapié en que los lectores disfruten del placer de escuchar un cuento contado. Por ello, a principios de abril la biblioteca organizó una actividad con Oswaldo, quien llegó con su maleta de contador de cuentos y a pequeños y mayores y nos fue encandilando con sus artes y sus historias. Posiblemente Oswaldo sea uno de los pocos narradores en nuestro país que cuente los cuentos con malabares, cuentos colorados los llama él. Nos contó las historias de sus múltiples abuelas, como la abuela Beatriz, que era de Pastriz y se ponía la escoba en la punta de la nariz. O la abuela Felisa, que era de Alcorisa y se la ponía en el hueso de la risa. Música, sombreros, trabalenguas, duendes, y algún que otro aderezo, nos fue presentando uno tras otro en la hora que duró su espectáculo. La biblioteca, abarrotada, se lleno de risas y se contagió de su peculiar manera de contar.

Después de Oswaldo llegó Celia Bunilda. De la familia de Nana Bunilda, quien con sus cuentos se encarga de alejar los malos pensamientos de los más pequeños. Y eso fue lo que hizo en nuestra biblioteca: soñar espantando todas las pesadillas y malos sueños.

CHUS JUSTE

BIBLIOTECA DE ZUERA