Los talleres de ilustración realizados los últimos días del mes de noviembre con la ilustradora Elisa Arguilé dejaron a la biblioteca de Zuera preparada y dispuesta para disfrutar de un mes más tranquilo en lo que a actividades se refiere. La lectura y los libros han centrado el esfuerzo de estos últimos días.

El proyecto que la biblioteca de Zuera presentó a la campaña de animación a la lectura María Moliner titulado ‘Emoción en la biblioteca’ ha vuelto a estar entre los seleccionados y la comisión de evaluación lo ha situado entre los 100 mejores de todo el país.

A todas la bibliotecas seleccionadas, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte envía como premio un lote de 300 libros.

Una muy buena selección de libros infantiles, juveniles y de adultos. El lote de libros ha llegado estos días a la biblioteca y lo ha recibido con gran alegría y emoción.

El trabajo de todo un año se ha visto reconocido y premiado por una serie de títulos que harán más grande y apetecible el fondo bibliográfico de la biblioteca. A partir de enero todos los libros estarán disponibles para los lectores.

Empujada por esta marea de libros nuevos, la biblioteca ha disfrutado durante la jornada del 28 de diciembre de una nueva actividad en la que ha recuperado una conocida tradición islandesa que en el país nórdico llaman Jólabócaflód. Traducido al español la expresión más cercana sería ‘inundación de libros’. Y eso es lo que ocurrió este día.

La biblioteca de Zuera intentó recuperar la buena costumbre de regalar libros e inundó a todos los que se acercaron con un buen número de paquetes de libros regalo. Cuando el libro que tocaba en suerte no gustaba, el agraciado lector se comprometía a buscar una persona a la que el libro le pudiera interesar. Los libros estuvieron de aquí para allá y acabaron en multitud de casas con la intención de ser leídos. Si en Islandia se regalan y se leen libros el 24 de diciembre, a partir de ahora en Zuera esta costumbre se pasa a todos los 28 de diciembre. No hay mejor inocentada. T