Javier Langa Nogués, de 14 años recién cumplidos, tiene muy claro cuál es su pasión: la jota. Desde muy pequeño comenzó a cantar de la mano de su abuelo, Antonio, también jotero. Si bien, sus padres se enteraron de su arte en 2010, en el transcurso de una comida popular que organizó el Ayuntamiento de Villanueva para celebrar San Jorge. "Salió vestido de jotero, y no tenía traje, se lo dejó la que ahora es su profesora. Nos quedamos con la boca abierta al verlo, fue una gran sorpresa", indica su madre.

La encargada de modular la voz de Javier es Maripaz Arana, una conocida jotera villanovense que forma parte de la Rondalla Nuestra Señora de Burjazud de la localidad, grupo al que también pertenece el pequeño jotero. Es ahí donde exhibe su arte, así como en los concursos a los que se presenta. El último ha sido el de Huesca, donde ha conseguido una tercera posición en su categoría, la de infantil. Si bien, en octubre de 2012 su voz le llevó al primer premio del Certamen Oficial de Jota del Pilar, el más prestigioso de los concursos de esta tierra. Ahí defendió con valentía dos jotas, 'Canto al campo' y 'Lleva sangre de león'. Una vez terminadas dijo: "ya está. Ahora puedo relajarme", sin pensar que iba a ganar. "Fue toda una sorpresa, no me lo esperaba", reconoce.

Aunque su palmarés no queda ahí, ya que también consiguió un primer puesto en el concurso del Cachirulo y el Santiago Clavería a la mejor promesa jotera del año. Fue en noviembre del año pasado. Ahora le esperan el Oscus, y "todos cuantos vayan saliendo, siempre y cuando participen en ellos mis amigos", dice. Así, junto a Mónica y Manuel, sus dos compañeros de andanzas, "decidimos con la profesora si vamos, o concursamos todos, o ninguno", explica. Algo que rápidamente se comunican por el grupo de whatsapp de joteros del que forma parte Javier.

ESFUERZO

Para asistir a los concursos, Javier Langa ensaya duro, aunque ahora reconoce que "se cuida mucho", porque su voz está cambiando, "y no puedo forzar", apunta, un paso inevitable al que tienen que enfrentarse todos los niños joteros cuando llegan a la pubertad, la voz tiene que modularse y adecuarse a los cambios físicos. Sin embargo, Javier Langa tiene claro que esta circunstancia no le va a frenar, porque "la jota es una ilusión que tengo y porque me encanta", afirma con rotundidad el pequeño jotero.

En esta afición tiene mucho que ver el apoyo de su familia, quien lo acompaña a las clases y los concursos, "me viste siempre mi madre", reconoce con orgullo. Especialmente siente esto "cuando me coloca el cachirulo y cuando me pone una Virgen del Pilar que siempre llevo en el chaleco. Me la regaló mi tía Nines para mi bautizo. Es lo mejor del traje", comenta.

Una vez listo, sale al escenario con paso firme, "aunque un certamen siempre impone, sobre todo el de Zaragoza", apunta Javier. Una seguridad que quizá ha adquirido por admirar a sus ídolos en el mundo de la jota, que son Roberto Ciria y el villanovense José Luis Urbén, "es muy buen amigo y lo aprecio mucho", explica Javier, un joven villanovense que ama la jota, pero que también tiene otras aficiones, como el fútbol, ya que juega en el equipo local, y la danza, es danzante del grupo villanovense. Varias pasiones que compagina con sus estudios de segundo de la ESO, porque tiene claro que aunque ama la jota, "voy a formarme bien, por si acaso", afirma con rotundidad, quizá para ser de mayor profesor de Educación Física o de Ciencias Sociales, "para ser lo mismo que mi madre", reconoce esta joven promesa de la jota.