El equipo municipal de San Mateo aprobó en pleno a finales de abril el cambio de nombre de dos de las calles del municipio. Concretamente, la llamada "18 de julio", que va desde Santa Rita hasta la de San Sebastián, y otra denominada "General Moscardó", que une la calle San Francisco de Padua y Agustina de Aragón. Concretamente, la primera de las vías pasa a llamarse "Jesús Gil", en honor al primer alcalde de la Democracia que hubo en la localidad, y la segunda "Hermanos Serrano Marcén", para rendir un homenaje a dos artistas sanmateanos.

El bautismo oficial de las calles fue el 16 de mayo en un acto en el que participaron los responsables municipales sanmateanos, así como Jesús Gil, quien se encargó de descorrer la placa que lleva su nombre, así como los familiares de los Hermanos Serrano, en representación de los mismos, que ya han fallecido. El acto estuvo animado, además, por la banda municipal de San Mateo, que interpretó dos piezas de Manuel Serrano.

La decisión de cambiar el nombre de las calles vino dada porque "queremos ir borrando las huellas del franquismo en nuestro municipio, presentes en las denominaciones de las estas dos calles, puesto que estamos en una época muy a la que hacían referencia, un tiempo distinto, plural y participativo", apunta el primer edil de San Mateo.

El cambio de denominaciones de calles en la localidad ha sido una de las preocupaciones del equipo municipal. Así, ya en la pasada legislatura se procedió a la renovación de las vías de la urbanización del Saso, próxima al municipio. Los nuevos nombres que adoptaron fueron los siguientes: el Camino de Enmedio pasó a ser Avenida Constitución; el Camino de la Sarda, Avenida Cortes de Aragón; después, los nueve andadores llamados mediante números (de cero a nueve), pasaron a denominarse con nombres de escritores españoles, en concreto, Rafael Alberti (anteriormente cero), García Lorca (uno), Baltasar Gracián (dos), Miguel de Unamuno (tres), Antonio Machado (cuatro), Pío Baroja (cinco), Luis Cernuda (seis), Rosalía de Castro (siete), Gerardo Diego (ocho) y María Moliner (nueve).

Calles en Villanueva

Los responsables del ayuntamiento de Villanueva de Gállego también decidió en pleno -diciembre del 2003- el cambio de denominación de aquellas vías del casco urbano que aún conservaban la denominación franquista. Pero esta iniciativa municipal suscitó reticencias entre algunos vecinos que se movilizaron para recoger quejas escritas. Al consistorio llegaron doce recursos en contra de esta decisión, aunque "dado lo riguroso del proceso", según comentan fuentes municipales villanovenses, el proceso no se paralizó y las nuevas denominaciones ya están en las calles correspondientes.

Los nombres elegidos fueron seleccionados después del estudio que realizara un historiador de Villanueva, Carlos Urzainqui, a instancias del equipo municipal. Por ejemplo, la calle General Yagüe ha pasado a ser Hermanos Buisán (Antonio y Manuela). Para reconocer la labor de esta familia al frente de la Sociedad de Socorros Mútuos Unión Villanovense. "Antonio cedió unos terrenos, de su propiedad, para que en ellos se levantara la sede de la institución. Actualmente este edificio es el que alberga la biblioteca y la sala de exposiciones", explica el historiador. Después, cuando Manuela Buisán murió, en 1935, dejó estipulado en su testamento "la creación del llamado Patronato Teresa, destinado a la administración del patrimonio familiar, cuyas rentas iban encaminadas a la mejora de la sanidad pública en el municipio y a los premios anuales que se entregaban en las escuelas, para los mejores estudiantes, fueran niños o niñas", dice Urzainqui.

Otra de las calles que ha permutado su denominación es el "Paseo 18 de Julio", que ahora es "Paseo de la Estación", en homenaje "a lo que ha representado históricamente en Villanueva, además de porque ésta llega hasta la misma estación. Aunque, entre los oriundos de la zona se conoce como el de la cebada, porque dicen se construyó con el dinero sacado por la venta de este producto durante el estraperlo de los años 1950", concluye el historiador villanovense.

NURIA ASIN