1piano y 200 velas. Con esta singular alegoría, el pueblo de Belchite recordó el 80 aniversario de la Batalla de Belchite, que asoló la villa en el año 1937. Las ruinas del Pueblo Viejo fueron escenario los días 1 y 2 de septiembre de un emotivo encuentro por la paz, en el que se rindió homenaje a los 163 vecinos censados en Belchite que vivieron y sobrevivieron a aquellos difíciles días del verano de 1937.

Los 163 vecinos que todavía viven y que sufrieron la cruenta batalla fueron los grandes protagonistas de los actos preparados bajo el lema Belchite; memoria y paz, que comenzaron con el concierto 1 piano y 200 velas, a cargo del compositor David Gómez.

La música, la poesía y la danza invadieron la programación del sábado 2 de septiembre en el homenaje a los supervivientes. Un micro recital de poesía a cargo de Ángel Andués, Mar Blanco y José Antonio Conde y las actuaciones de la compañía de danza La Mov, la Monkayo Jazz Band y la coral infantil de Belchite se adueñaron del Pueblo Viejo. Peace piece, de Bill Evans; Meditation, de Antonio Carlos Jobim; Mambo influenciado, de Bebo Valdés, o Someday my prince will come fueron algunas de las piezas que sonaron mientras se construía una cadena de velas, como símbolo de paz.

Y es que entre el 24 de agosto y el 6 de septiembre de 1937, el municipio zaragozano fue escenario de uno de los episodios más sangrientos de la guerra civil española. En apenas 13 días, la Batalla de Belchite se cobró 6.000 víctimas y dejó el pueblo en ruinas. Siete meses después, Belchite volvió a ser tomado, otra vez con un balance muy negativo. Poco a poco los vecinos supervivientes fueron abandonando la villa histórica hasta que quedó desierta y en ruinas. Al lado se construyó el conocido como Pueblo Nuevo, capital hoy de la Comarca del Campo de Belchite.

Ochenta años después, las ruinas del Pueblo Viejo están abiertas a los visitantes, que pueden conocerlas en interesantes visitas guiadas, basadas en testimonios de los vecinos supervivientes y en la documentación oficial de los ejércitos. «Las ruinas de Belchite ofrecen un espacio educativo para reivindicar la paz y promover el respeto a la vida, el rechazo de la violencia y el fomento del diálogo y la solidaridad», señaló el alcalde de Belchite, Carmelo Pérez. T