El 20 de agosto de 2018, pasará a la historia en Codo. Ese día se representó el Dance de San Bernardo al completo, tras 30 años realizando únicamente el paloteao o mudanzas. De esta forma, se pudo disfrutar de nuevo del tradicional baile, al que se añadieron el teatro y los dichos.

Una recuperación que fue posible gracias a la iniciativa de un grupo de jóvenes, junto con la colaboración del grupo de Teatro Esparto, procedente también de Codo, y que pronto lograron también la implicación de todos los vecinos del pueblo. Además, también ha sido fundamental la ayuda otorgada por parte del proyecto ‘Made in Rural’, enmarcado en el programa Jóvenes Dinamizadores Rurales, que facilitó la labor de recuperación con apoyo económico y asesoramiento.

Y el resultado, después de un año de preparativos y mucha investigación, fue todo un éxito. El tiempo acompañó con un día soleado y la música en directo junto con los efectos especiales terminaron de ofrecer una velada muy agradable.

La plaza principal de Codo se encontraba llena de gente de diferentes lugares, y todos ellos pudieron disfrutar de esta experiencia tan emotiva que seguro que al año que viene vuelve a repetirse para el deleite de todos.

LAS PIEZAS

El dance se compone de tres partes diferenciadas: el teatro, los dichos y el baile.

De esta forma, el teatro data del siglo XVII y representa las guerras entre moros y cristianos, luchando por la fe verdadera.

Mientras, los dichos dejan a un lado este carácter tan bélico y se introducen en un ambiente más jovial y divertido. Son de mayor actualidad y cada año se renuevan para informar en tono jocoso de las novedades del pueblo, tratando de no ofender a nadie, pero usando la crítica y la sátira.

Por último, la parte fundamental del dance, el emblema del pueblo, y el hilo conductor que ha conseguido que esta tradición se haya podido recuperar; el baile, mudanzas o paloteao. En concreto, consta de cinco mudanzas (El Santo, La malva, Los tordos, El cerecero y Los pajarillos). Estos bailes, se realizan por doce danzantes, que al ritmo de sus palos siguen a las dulzainas y el tambor. Todo un espectáculo muy dinámico que no deja indiferente a nadie. T