Junto a sus cinco hijos y ocho nietos y bisnietos, la almonacila Dolores Martínez, celebró su 107 cumpleaños el pasado 27 de septiembre.

Con su padre pastor y su marido agricultor, su vida ha transcurrido en el campo. No obstante, ya con 14 años trabajaba de agostera. Después, se dedicó a atender a su familia, a la que nunca le faltó sus magdalenas y chocolates. Trabajadora y cariñosa, son los apelativos que le dedican sus hijos. "Los más pequeños de la casa la adoran", comentan, destacando su gran valía como costurera y espléndida cocinera "La sopa era buenísima, pero los días que hacía guisado de cordero era espectacular", explica su hijo, quien dice que hasta hace cuatro días, "no comía nada que no saliera de su corral o de su huerta".