Desde tiempos inmemoriales, los monevinos han celebrado a principios de mayo la romería hasta la emblemática ermita de Sanched, un edificio de estilo gótico que data del siglo XIV que está dedicado a la Santa Cruz. Pero la fiesta de 2010 ha tenido un cariz especial, pues a los honores religiosos y el ambiente festivo que todos los años han presidido esta celebración, se ha sumado en esta ocasión la alegría por la conclusión de los trabajos de rehabilitación de los que ha sido objeto el edificio y su entorno a lo largo de los tres últimos años.

El primer día de mayo amaneció lluvioso, pero el tiempo respetó el acto inaugural que concentró a numerosas personas entre vecinos y autoridades locales y autonómicas, como la Directora General de Administración Local, Lourdes Rubio. Todos se acercaron para admirar el trabajo realizado en el llamado paraje de Sanched y a compartir la comida popular con la que, tras la tradicional misa, el ayuntamiento obsequió a los asistentes.

Luis Martín, alcalde de la localidad, explica "que gracias a la fuerte inversión, de más de 50.000 euros, que el Departamento de Política Territorial del Gobierno de Aragón, así como el de Medio Ambiente, han destinado a este proyecto, ha sido posible llevar a cabo estas obras de remodelación, orientadas principalmente a facilitar el acceso a la ermita y a recuperar tanto su fachada como su decoración interior", labor ésta última encargada al escultor y pintor afincado en Almonacid de la Cuba, Jesús Barranco. La obra del artista concentra "diferentes escenas sobre falsos frescos: una imagen central de un Cristo juvenil en el altar mayor, acompañado de María y los Apóstoles, que se apoya en otras escenas laterales que relatan distintos episodios de la Biblia, como la resurrección de Lázaro, el sermón en la montaña o la muerte de Jesús en la cruz, incluso algunas dedicadas a los niños, como símbolo de pureza, o al pueblo representado en sus artesanos", explica Barranco, quien se confiesa seguidor del Barroco español y, en particular, de la figura de Tintoretto.

También Francisco Royo ha participado en el proyecto con el vallado de los alrededores, la reforma de la fachada y el acondicionamiento de las paredes interiores y el suelo, siempre procurando conservar las piezas originales, como las baldosas del suelo que se han colocado en el altar mayor. "Incluso pudimos recuperar una pila bautismal que probablemente sea también del siglo XIV; se encontraba enterrada en el pórtico del recinto", añade Francisco Royo.

UN DÍA DE FIESTA

En cualquier caso, fue una jornada de entusiasmo en la que los más mayores recordaban cómo antiguamente se conmemoraba esta festividad siempre el 3 de mayo, mientras que ahora, para que todos los monevinos que ya no viven en el pueblo puedan asistir, se celebra el fin de semana más cercano a esta fecha. "La devoción sigue intacta aunque las costumbres han cambiado", como relata Virgilio Artal, agricultor y taxista de Moneva. "Antes el camino siempre se recorría a pie, portando los santos del pueblo y a la vuelta se cantaba: "De Sanched venimos borrachos perdidos y otros no borrachos, pero si perdidos", añade anecdóticamente Artal.