El primer sábado de mayo, Moyuela celebró su tradicional romería a La Malena y, aunque el día no amaneció con buena cara, las peticiones de los moyuelinos fueron oídas por su venerada Virgen y la jornada prosperó con un clima perfecto.

Desde primera hora de la mañana, los peñistas recogían los enseres para desplazarse al campo, algunos andando, otros en tractores, otros en coches, pero finalmente, los vecinos se congregaron en la ermita La Malena.

Allí se ofició la misa y posteriormente se sirvieron las típicas pastas y moscatel. A continuación, los grupos de amigos tomaron sus vermuts, a la vez que preparaban sus comidas.

Los más jóvenes disfrutaron subiendo la loma de la montaña, otros tiraban piedras en la balsa o jugaban con los barcos de juncos que padres y abuelos hacían sin cesar y algunos, jugaban con sus palas, cubos y rastrillos en un día de unión.

A mitad tarde, tuvo lugar el bingo y el tiempo paso rápido, entre risas y jotas, juegos y danzas, acompañados por la charanga. Al finalizar la tarde, comenzó el desfile hacia el pueblo tras un día de alegría, emoción y devoción a la Virgen. T