Como no podía ser de otra manera, la borrasca Filomena también pasó por Ambel dejando huella y bellas estampas. Todos los ambeleros disfrutaron con la nieve, ya que según cuentan los vecinos hacía muchísimos años que no se veía una nevada así. Los más pequeños, con la ayuda de sus padres, construyeron un enorme muñeco de nieve a la entrada del pueblo.

Pero el manto blanco también trajo consigo dificultades en las calles y accesos al municipio. Sin embargo, una vez más, los vecinos del municipio volvieron a demostrar su gran solidaridad. Fueron varios los agricultores y ganaderos que con sus tractores y palas particulares, y de manera voluntaria, despejaron las calles de nieve y también esparcieron sal.

Además, la panadería Panambel estuvo como siempre al pie del cañón repartiendo durante tres días el pan por los domicilios de las personas mayores para evitar que saliesen de sus casas y tuviesen algún percance. El Ayuntamiento de Ambel quiere agradecer la labor que realizaron todos ellos. T