Los días 18, 19 y 20 de julio, Bulbuente se trasladó al siglo XIII y se dividió en dos bandos: los cristianos, encabezados por el caballero pamplonés don Alonso Fernández, y por otro lado los musulmanes, capitaneados por el temible Ibn Abí. Ese fue el hilo conductor de la fiesta entorno a La Mora Encantada, un evento que a pesar de su juventud se ha consolidado gracias a la implicación de los vecinos.

Y es que los vecinos de Bulbuente confeccionaron para la ocasión más de 150 trajes de época con el asesoramiento del grupo de recreación medieval Feudorum Domini y de Mabel Villagra, experta arabista y asesora histórica de la conocida serie de televisión Isabel.

El objetivo de esta fiesta es impulsar el patrimonio cultural material e inmaterial de Bulbuente como un motor de desarrollo económico local por medio de un evento lúdico-cultural con clara vocación de convertirse en fiesta de interés turístico. La realización de este proyecto ha sido posible gracias a la colaboración de la Diputación Provincial de Zaragoza, de la Comarca Campo de Borja y de la asociación Endrezar, Patrimonio Cultural.

Los actos festivos comenzaron cuando el trovador Lorién de Borbuén recitó el Cantar de la Mora. Seguidamente, el ejército cristiano planteó un plazo de doce horas a los moros de Bulbuente para rendir la villa. Ibn Abí, lejos de rendirse, intentó rebajar la tensión y encorajar a los habitantes de Bulbuente ofreciéndoles un concierto de música de las Tres Culturas a cargo del grupo aragonés Kantares de la Nona. Después, Lorién de Borbuén y el Hermano Pietro, administrador del monasterio de Veruela, mostraron a lo largo de un recorrido nocturno la vieja morería de la localidad.

El sábado 19 de julio, los más pequeños debían decidir en qué ejército alistarse. Vecinos y visitantes asistieron a la investidura del caballero don Alonso. Y, al caer la noche, los asistentes fueron testigos del amor desgraciado entre Aysha y don Alonso, la hija de Ibn Abí y el apuesto caballero cristiano. Con el pasar de los años, Alonso no pudo olvidar su amor por la joven y el domingo 20 de julio, sintiendo ya cercana su muerte, volvió a Bulbuente para recitar el Llanto de don Alonso junto a la roca que un día fue su amada.