Antes de Semana Santa se volverá a abrir al público el claustro de Santa María con la segunda fase de las obras de rehabilitación ya terminada. Esta actuación se ejecuta dentro del Programa de Restauración de Bienes Inmuebles de propiedad de la Iglesia, fruto de un convenio entre la Diputación Provincial de Zaragoza (que aporta el 60%) y la Diócesis de Tarazona y el Ayuntamiento de Borja (que cubren un 20% respectivamente).

Los trabajos han sido ejecutados por la brigada de obras del ayuntamiento bajo la dirección de los arquitectos Alberto Rivas y María Martínez y el arquitecto técnico José Antonio García.

Para este año, se aprobó una partida de casi 70.000 euros, con los que se ha acometido el refuerzo estructural de todo el ala oeste, desde la puerta de la calle Claustrones hasta la capilla de San Isidro, incluyendo el primer tramo de la capilla del Santo Cristo de la parroquia. El refuerzo consiste en un zunchado de hormigón sobre los muros y la colocación de una capa de compresión de yeso de Albarracín, armada con malla, sobre las bóvedas. Esta acción tiene especial dificultad dado el escaso espacio entre el tejado y las bóvedas.

También se han recuperado los dos pares de arcos correspondientes al rincón del claustro frontero con la puerta de entrada. Se ha retirado el cancel de la puerta para devolver al claustro su aspecto original; y se han reparado y limpiado tres tramos de bóvedas.

Esta fase incluía también catas arqueológicas en la zona de la capilla del Carmen que han permitido descubrir el acceso original al jardín del claustro. Además, durante los trabajos se han recuperado bastantes piezas de las celosías originales, que habían sido reutilizadas como material de relleno en el tapiado de los arcos del claustro.