El Ampa del CEIP El Pomillo de Ainzón organizó este año un concurso de dibujo y relato para despertar más si cabe el espíritu navideño de los chicos por estas fechas. El certamen se dividió en cuatro niveles: Infantil y 1º y 2º de Primaria en dibujo; y 3º-4º y 5º-6º en relato. El jurado del concurso estuvo formado por cuatro miembros involucrados en la cultura de la localidad y sin escolares en el colegio. En dibujo, los dos ganadores fueron María Larroy (3º de Infantil) y Gabriel Pardo (2º de Primaria). Y en relato, Nagore Tabuenca (3º de Primaria) y Valeria Sanmartín (5º de Primaria).

El relato ganador de Nagore Tabuenca fue el siguiente. «En un pueblo llamado Ainzón vivía un niño llamado Nicolás.Nicolás era un niño feliz con sus padres, pero estas Navidades parecían ser diferentes ya que su papá era militar y estaba en una misión fuera de España.

Nicolás solo tenía un deseo para estas Navidades. Era que papá volviera a casa por Navidad. Llegó el día de escribir la carta para Papá Noel. Lo tenía claro no quería ni pelotas ni consolas ni bicicletas, solo tenía un deseo y así se lo hizo saber a Papá Noel quería que papa volviera a casa.

Nicolás echó la carta al buzón como todos los niños y solo le quedaba esperar a que Papa Noel cumpliera su único deseo. Llegó el gran día, el día 24 de diciembre, noche de Papá Noel, la noche de regalos. Nicolás estaba esperando que su único deseo se cumpliera.Llegó el momento de la cena y sonó el timbre: toc, toc, toc. ¡Nicolás abrió la puerta y ¡Sorpresa! Era papá. Había llegado justo como el quería para pasar las navidades en familia. Ahora si eran las navidades como todos los años. Colorín colorado, este cuento se ha acabado».

Por su parte, el relato La mejor fiesta navideña, de Valeria Sanmartín, dice lo siguiente. «Esta historia trata de Rosario, una anciana de 86 años, muy feliz. Hoy Rosario ha llamado a sus tres hijos para invitarlos a la cena de Navidad. Al primero que llamó fue a Carlos, el hijo más pequeño y le dijo que no podía porque había quedado con sus amigos, después llamó a María y le conto que este año no podía ir porque no había billetes baratos para volver de Londres, su ciudad. Por último llamo a Albert, el hijo más mayor y le explico que se iba a esquiar con su mujer y sus hijos.

Al día siguiente fue al club dela tercera edad y allí se juntó con sus amigos para echar una partida de cartas. Hablando, Rosario le conto a sus amigos lo sola que estaba para la cena de Navidad y resulta que ninguno de los ancianos tenia compañía esa noche. Ahí es cuando se le ocurrió la idea de hacer una fiesta navideña y también decidieron que cada uno llevara sus turrones caseros y su tarta de chocolate, otro llevo las luces, otro un pollo asado, otro espumillón… ¡Era una fiesta genial! Cantaron villancicos y se lo pasaron muy bien.

Cuando se enteraron los hijos de los ancianos, todos querían acudir a esa fiesta u como en casa de los abuelos siempre hay sitio fueron todos los hijos ¡Fue la mejor fiesta de la ciudad!». T