Albeta ha celebrado, durante el primer fin de semana de octubre, sus fiestas en honor del Rosario, unos días de diversión en los que, como cada año desde el 2000, uno de los actos de mayor popularidad ha sido el dance y el paloteado.

Así, tras la recuperación de esta manifestación cultural, ya se puede decir que, como manda la tradición, el primer domingo de octubre la Virgen del Rosario volvió a salir en procesión por las calles de Albeta como acto previo a la representación del dance. A la salida de la iglesia, la imagen de la Virgen es recibida por los danzantes con unas mudanzas. Estos mismos personajes honran después a la patrona con un pasacalles con paloteo que se interrumpe y se reinicia en varias ocasiones antes de llegar de vuelta a la iglesia.

Concluida la ceremonia religiosa, los danzantes acompañan un estandarte de la Virgen hasta la plaza donde, a mediodía, da comienzo la representación. La tradicional lucha del bien y el mal, de "moros" y cristianos, es la base de esta puesta en escena en la que, junto a los generales moro y cristiano, al ángel y al diablo, personajes habituales en este tipo de dances, aparece también "El Chamerluco", una grotesca figura que no aparece en este tipo de manifestaciones.

Entre tanto, los danzantes siguen mostrando su alabanza a la Patrona, ahora con versos, y se ponen también a disposición del mayoral para escuchar de su boca anécdotas y descripciones sobre cada uno de ellos.

El dance de Albeta fue rencontrado en una exposición de fotografías sobre estas manifestaciones culturales donde se mostraba una imagen que hacía referencia a esta tradición, en la década de los cincuenta. A partir de aquí empezó una larga y laboriosa búsqueda de datos hasta que, finalmente, el 1 de octubre de 2000, el dance volvió a representarse en la localidad.