Los Servicios Sociales de la Comarca Campo de Borja cuentan con un equipo multidisciplinar de profesionales para atender diversos tipos de necesidades, provenientes de las demandas que realizan los usuarios y que se satisfacen según los recursos adecuados y destinados para hacerlo.

Sin duda, es la figura de los trabajadores sociales, erróneamente llamados «asistentes», la más conocida del servicio por parte del conjunto de vecinos de la comarca, ya que a través de ellos se canaliza la puerta de entrada al servicio, siendo los responsables de realizar la acogida al usuario y también los profesionales a los que confiamos nuestras demandas, esperando que se nos oriente en la búsqueda de los recursos más óptimos para cubrirlas.

EL EDUCADOR SOCIAL

El equipo de Servicios Sociales de la Comarca Campo de Borja está formado por dos auxiliares administrativos, seis trabajadores sociales, un psicólogo, un educador social y una directora. El psicólogo, el educador social y cada trabajador social asignado a los distintos municipios forman el Equipo Psicosocial de Intervención de Casos. En estas líneas pretendemos dar a conocer, de forma resumida, la que seguramente es la figura del equipo menos conocida por la gran mayoría de los lectores, que no es otra que la del educador social.

Los educadores sociales son una figura profesional indispensable en el desarrollo de los planes, programas y proyectos de acción social, que trabajan con diversidad de colectivos, como mujeres, infancia, juventud, familia o tercera edad. Al margen de estos colectivos de intervención, hay que destacar que, sobre todo, entre las funciones principales del educador social destaca la intervención directa con familias y usuarios en casos de situaciones de riesgo y vulnerabilidad, máxime si existen menores y personas con discapacidad en los núcleos familiares.

Es en el trabajo con familias vulnerables donde el educador social desempeña mayores esfuerzos, ya que su función se fundamenta principalmente en acompañar a dichas familias en procesos de transformación, mostrándoles las herramientas necesarias, los recursos del entorno y los instrumentos adecuados para que puedan ser partícipes y protagonistas de su propio proceso de cambio, siguiendo unos itinerarios o planes que ayuden a los usuarios a adquirir las habilidades y destrezas necesarias para su promoción social y la mejora de su día a día. Este proceso de cambio, que en ocasiones requiere de tiempo y, sobre todo, de esfuerzo y compromiso, repercute en primer lugar en el usuario y su entorno más directo, que es su propio ámbito familiar.

TRABAJO DE COORDINACIÓN

El trabajo del educador social con los usuarios y sus familias implica una continuada coordinación con los dispositivos más directos en los que se desenvuelve el sujeto de la acción, por lo que es muy necesario, para recabar el éxito de las intervenciones, un estrecho contacto con profesionales del ámbito educativo y formativo (colegios, institutos, guarderías, profesionales del Servicio Público de Empleo...), del ámbito sanitario (centro de salud, hospitales…), entidades sociales, otros servicios públicos (ayuntamiento, Policía Local, Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado…), contacto y comunicación que ponga en relieve el momento del proceso de cambio en el que nos hayamos con el usuario y los objetivos a conseguir con él y su familia a corto, medio y largo plazo.

La evolución positiva en el proceso de cambio del usuario y su entorno, produce una mejora en el usuario y su familia, que de forma sistemática, conlleva a una mejora con el entorno, con los vecinos y con el conjunto de ciudadanos.

El trabajo que ejerce con familias el educador social, por tanto, aunque se proyecte en la figura de usuarios concretos, realmente es un trabajo sistémico, porque repercute indirectamente en todo el conjunto de la población.

OTRAS FUNCIONES

Además de estas intervenciones prioritarias del educador social, también existen otras funciones que destacar. El educador social es parte de los equipos inter y multidisciplinares de información, estudio, planificación y evaluación de los procesos de ayuda con usuarios. También diseña, desarrolla y evalúa programas comunitarios. Participa activamente en programas y protocolos de prevención de violencia de género.

El educador social interviene con menores y jóvenes en conflicto social en coordinación con la Fiscalía de Menores de Zaragoza, y también interviene con menores y jóvenes con problemas derivados por falta de habilidades sociales y relacionales. Además lleva a cabo una intervención activa, en coordinación con los profesionales de colegios e institutos, en el Programa para la Prevención del Absentismo Escolar.

También entre otras funciones se encuentra la de coordinación con el Servicio Especializado de Protección de Menores del Gobierno de Aragón. Y actividades de animación social y comunitaria, actualmente mermadas por la situación de pandemia del covid-19 que atravesamos.

UN SERVICIO VALORADO

Confiamos haber dado a conocer, a través de esta breva exposición en LA CRÓNICA, otro de los servicios que se prestan desde la Comarca Campo de Borja. Un servicio al ciudadano que para muchos vecinos pasa desapercibido, pero que entre los profesionales de los servicios públicos es un recurso valorado, porque facilita cometidos complejos a través de la mediación e intervención directa y los procesos de cambio.

El educador social pretende trabajar con el ciudadano durante un tiempo limitado, terminando su labor cuando éste ha adquirido ya las destrezas y habilidades necesarias para vivir su día a día en comunidad, sin problemas que le limiten o repercutan a él directamente, a su familia o indirectamente a terceros. Es en ese momento cuando el objetivo de la intervención se habrá cumplido y, por lo tanto, el educador social se retirará en silencio, al igual que llegó. T