El 23 de mayo, La Topera, una de las peñas veteranas de Fuendejalón, dio el chupinazo que marcaba el incio de las fiestas de la Virgen del Castillo. Las carrozas y la charanga, con un aperitivo como preámbulo, envolvieron la tarde con un ambiente festivo.

Pero esto solo fue el incio, los fuendejaloneros y visitantes disfrutaron, a lo largo de los días, de gran cantidad de actos como fuegos artificiales, bailes y conciertos, además de almuerzos y meriendas tradicionales. No olvidaron la tradición taurina, que se vio reflejada en los festejos de la plaza de toros --recortes, anillas, y roscaderos-- y también en las calles, con la suelta de vacas. La religión también estuvo presente con actos en honor a la Virgen del Castillo, como la misa mayor y el Rosario general, que congregaron a multitud de participantes que lucían sus trajes regionales. La novedad de este año fue que los niños y niñas de la Primera Comunión acompañaron a la Virgen en la procesión.

Y de fiestas en fiestas. Durante el mes de junio, los fuendejaloneros volvieron a disfrutar de los festejos locales, esta vez en honor a San Juan Bautista. El chupinazo tradicional, acompañado del inicio del verano, dio por comenzadas estas fiestas que atrajeron a multitud de personas procedentes no solo de la localidad. Las vacas y vaquillas volvieron a ser grandes protagonistas gracias a la actuación de los mozos "toreros" del pueblo, que entretuvieron al público mediante multitud de pases y roscaderos. Los juegos de peñas, los conciertos y verbenas, o los bocadillos, que tradicionalmente se comen en la víspera de San Juan, fueron algunos de los grandes reclamos. Pero fueron los hinchables de la piscina los que se llevaron el mayor índice de participación.

Los fuendejaloneros, a pesar de que la lluvia hizo cancelar algunos de los actos programados, pudieron disfrutar de sus fiestas patronales con normalidad.