Magallón es tierra de vino y aceite y ahora contará con una sinfonía conmemorativa. El municipio, que atesora un potente sector agroalimentario, va paso a paso alcanzando la relevancia que merece. Y así, aceite y vino van situando en lo más alto el nombre de Magallón para orgullo de todos, dicen en el consistorio.

La iniciativa del ayuntamiento pretende unir cultura y agroalimentación para incrementar el patrimonio musical magallonero y ayudar en la difusión de su vino y aceite en beneficio de su comercialización y, por tanto, de la generación de riqueza.

La composición dura 12 minutos y se reparte en tres movimientos. Ha sido creada por el estadounidense Gregory Frizde, catedrático del Departamento de Composición de la Berklee College of Music, amigo de la localidad y un enamorado de su vino y aceite. Frizde visitó hace unos meses las bodegas y se entrevistó con agricultores, viticultores y bodegueros para recoger la esencia que posteriormente plasmó en la obra musical.

«El ayuntamiento quiso llevar a cabo este proyecto porque ayudará a la promoción de nuestros productos y aportará más cultura y dinamismo musical a nuestro municipio», indicó Víctor Chueca. Para el alcalde, Sinfonía del vino y el aceite de Magallón es «una composición de gran calidad y un lujo por ser creada por uno de los mejores compositores del mundo». «Estamos convencidos de que esta obra musical será una gran embajadora de la rica agroalimentación magallonera, mientras rinde homenaje a los agricultores, viticultores, bodegas y almazara de Magallón».

La composición fusiona la música sinfónica con la pulida magallonera de Ramón Salvador. Desde Magallón se trabaja ahora para llevar a cabo su presentación. «La calidad musical de la Banda de la Sociedad Artístico Musical hará que cuando se escuche por primera vez esta obra nos emocione y enorgullezca a toda la sociedad magallonera», dicen desde el consistorio.

«Si la música es el arte que deleita a nuestros oídos, la agricultura es el arte de crear los alimentos que dan sabor a nuestra vida. Y ambos, música y agricultura, sacan de nuestro interior una variedad de sentimientos encabezados por la emoción y pasión», añaden. Ahora, como homenaje al arte, que despierta pasiones y emociones, nace un símbolo más de la personalidad y buen hacer de los magalloneros en forma de partitura. T