Gregorio Sanemetier Luna falleció el pasado 17 de diciembre del 2003 en la residencia sacerdotal del Seminario de San Carlos de Zaragoza, confortado con los sacramentos y la oración de la Santa Madre Iglesia. Fue presbítero, diocesano ya jubilado, y además y sobre todo párroco de Pozuelo de Aragón durante cuarenta años.

Iba a cumplir los 87 años de edad el pasado 23 de diciembre, tras haber sido ordenado sacerdote hace ya 61 años. Nacido en Zaragoza, realizó sus estudios eclesiásticos en el Seminario Diocesano de Zaragoza. Por decreto de la Santa Sede sobre la nueva demarcación en los límites del algunas diócesis, vigente desde el 1 de enero de 1956, pasó a pertenecer al Presbiterio de Tarazona, circunstancia que le permitió una profunda relación con sus poblaciones y vecinos.

Los servicios pastorales desempeñados por Gregorio Sanemetier quedan resumidos en un nombre: parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Pozuelo de Aragón, a la que dedicó cuarenta años de ejercicio ministerial hasta su jubilación definitiva el 20 de enero de 1982. Tras ello, pasó a vivir en Zaragoza y estuvo algunos años adscrito a la parroquia de Santo Dominguito de Val, con el mismo entusiasmo que reinó en su quehacer diario.

El pasado 19 de diciembre a las 10,30 horas se celebró en la iglesia del Seminario la misa funeral "corpore in sepulto", que entre otros muchos asistentes contó con la presencia del alcalde de Pozuelo, Juan Andrés Bona, quien se sumó en representación del municipio a los familiares y religiosos y religiosas, en un acto presidido por el obispo de Tarazona, Carmelo Borobia, junto a unos cuarenta sacerdotes de las diócesis zaragozana y turiasonense. El obispo, en su homilía, destacó que un sacerdote representa a Cristo en la celebración de los sagrados misterios y en la proclamación de la Palabra de Dios, y trata de imitar a Cristo en todo lo que hace y donde más se identifica con Cristo en su propia muerte.

Al final de la homilía hubo palabras de felicitación y de gozo "por el compañerismo y confraternidad" que reinan en la Residencia sacerdotal de San Carlos, pidiendo que Gregorio interceda "por nuestra diócesis y por las vocaciones". Un reconocimiento que también hizo extensivo el Vicario General de Zaragoza, Francisco Martínez. Terminada la misa, el féretro salió hacia Pozuelo, donde le esperaban sacerdotes y miembros de la comunidad parroquial antes de llegar al cementerio local. A los dos días, los vecinos de Pozuelo asistieron a una misa concelebrada por varios sacerdotes como último adiós a Gregorio Sanemetier Luna, sobre el que el alcalde de Pozuelo destacó la huella que deja en el municipio.