Las hogueras de San Antón volvieron a convertirse en una de las tradiciones más arraigadas en la localidad de Ainzón. En cada calle o por barrios, los vecinos se reunieron para celebrar la fiesta y cenar en torno a la hoguera. La noche acompañó, ya que no hacía excesivo frío, si bien con el calor de la hoguera tampoco se hubiera notado.

Los niños de Ainzón se lo pasaron estupendamente, incluso saltaron alguna hoguera de su tamaño, y disfrutaron yendo de una a otra por las calles.

Tradicionalmente, las hogueras tenían el objeto de pedir protección al Santo para los animales que vivían en las casas y ayudaban en las tareas de labor. En la actualidad, el párroco de Ainzón celebra una hoguera y bendice en la puerta de la iglesia cada año a mascotas y animales. T