Las fuertes lluvias del pasado día 6 de septiembre, que dejaron casi 200 litros de agua y provocaron inundaciones en Agón, causaron numerosos destrozos en las infraestructuras agrarias del pueblo, al igual que en la mayoría de las localidades de la comarca, y fueron causa directa de que cediera el terreno en el cementerio municipal.

La lluvia y el agua embalsada provocaron el hundimiento de la práctica totalidad de los enterramientos y desprendió la cornisa del espacio donde se ubican los nichos, cuya estructura se ha hundido varios centímetros en el suelo. Para dar idea de la magnitud del suceso el alcalde, Juan Carlos Yoldi, señalaba que "son tumbas de hace más de cien años y nunca había pasado esto".

El Ayuntamiento ha dado prioridad a solucionar este problema porque se considera que, además, "tiene un componente emocional". Así, se ha instalado un candado en la puerta del camposanto para evitar su acceso "dado el peligro que existe ante posibles hundimientos" y esta medida "ha sido comprendida por los vecinos", según el primer edil.

Del suceso fueron informados el arquitecto municipal y la Delegación del Gobierno. Por su parte, la Diputación Provincial envió técnicos para buscar una solución a este problema. Yoldi manifestó que, además del cementerio, lo más grave de la situación estuvo en las infraestructuras ya que 640 hectáreas del término municipal han quedado anegadas y se va a perder la cosecha del maíz, uva y tomate.

Algunos vecinos recordaban sorprendidos la fuerte intensidad de la lluvia, como María Antonia Domínguez quien señalaba que "posiblemente, no hubo ni una sola casa del pueblo sin goteras", aunque hubo algún tejado, como el de Teodoro Francés, que incluso sufrió daños de consideración "porque que llueva así no es nada normal", dijo.

J. LERIN