El pasado 3 de julio, las fuertes tormentas caídas en Borja, con unos 80 litros por metro cuadrado en poco espacio de tiempo, ocasionaron abundantes daños en el casco histórico.

Además de inundar ciertas zonas, se hundió el Arco de San Bartolomé, varios edificios en mal estado sufrieron derrumbes y, por último, una de las calles de las Bodegas de Saliente se desprendió por la ladera.

El Ayuntamiento de Borja tomó rápidamente medidas para evitar los peligros hacia las personas existentes y "poco a poco, se repararán los daños en la ciudad".