Este actual curso 2019-20 se cumple el 50º aniversario de la puesta en marcha del IES Joaquín Costa de Cariñena allá por el curso 1969-70. A lo largo de todo este curso, estaba previsto conmemorar cumplidamente tan feliz acontecimiento; y así fue hasta que el virus covid-19 lo permitió.

Hasta ese momento, se llevaron a cabo encuentros mensuales bajo el título Ocho meses, ocho encuentros con antiguos alumnos y profesores de ámbitos laborales distintos, que han destacado o destacan por el buen hacer de su desempeño profesional. También estaba prevista la publicación de un libro para recoger la historia y vicisitudes del Instituto a lo largo de esos 50 años y los fondos obtenidos de su venta se dedicarían a algún proyecto educativo del tercer mundo; además de una exposición fotográfica y documental de lo que ha sido el paso de tantos alumnos por nuestras aulas; y el encargo y colocación de una obra cerámica emblemática que recordará el acontecimiento a las futuras generaciones. Todo para acabar con un encuentro masivo de integrantes del instituto a lo largo de todas sus épocas el sábado 30 de mayo, planteado como gran fiesta final que hubiese contado con autoridades, solemne misa cantada por la coral de Cariñena y celebrada por monseñor Ramiro Moliner, descubrimiento de la obra cerámica, comida de hermandad, actuaciones posteriores de exalumnos…

Sin embargo, todo esto quedó interrumpido el pasado mes de marzo cuando se decretó el estado de alarma y posterior confinamiento en los domicilios. Hasta entonces, habíamos celebrado cinco encuentros iniciados en octubre, con notable presencia de público. Por el salón de actos pasaron Ramiro Moliner (profesor de religión y nuncio vaticano); Sergio Ortiz, Isabel García, Mª Ángeles Júlvez y Gregorio Briz (políticos); José Luis Anadón y Ángel Comeras (arquitectos); Verónica Gil, Clara Cros y Raúl Ruiz (cocineros). Nos quedaron los médicos de marzo, los periodistas de abril y los «cabos sueltos» de mayo.

En concreto, en el quinto encuentro, titulado Del Instituto a la bodega y celebrado el 24 de febrero, los ponentes fueron tres reconocidos enólogos que estudiaron en su día en el centro: Nazaret Gimeno, Jorge Barbería y Jorge Navascués. Los alumnos de los ciclos formativos aprendieron mucho de las explicaciones sobre el trabajo en el mundo del vino. Tras las charlas, los ponentes presentaron alguno de sus vinos, que fueron servidos por los alumnos para proceder a su cata por todos los presentes.

Y ahora ¿qué? De momento se ha previsto la fecha del 19 de septiembre para llevar a término lo que no pudo ser el 30 de mayo. Creemos que tampoco será posible a la vista de las fases y las condiciones de la llamada «desescalada». En cualquier caso, se hará en cuanto sea posible, seguramente con menos boato pero idéntica intención. La idea es que la publicación siga adelante y salga cuando esté lista; la gente querrá conocer algo de esa historia maravillosa de 50 años, coronavirus al margen. De los encuentros pendientes, no sé si será posible rescatar los no efectuados.

En función del desarrollo de los acontecimientos, ya se irá informando por los canales habituales de la continuidad de la celebración que, rememorando la mítica película, el coronavirus se llevó. T