Los vecinos de Aguarón despidieron el verano con las fiestas de septiembre en honor a la Virgen del Rosario, seis días en los que la alegría reinó en el ambiente festivo. Solo la comida del primer día (jueves 29) en las piscinas, con el espectáculo flamenco, vaticinaba un inmejorable inicio de fiestas.

Ya tras los juegos acuáticos y una actividad de sensibilización organizada por Cruz Roja, tuvo lugar el primer toro de fuego de la ganadería Murillo Conde, y acto seguido los Zagales del Gállego inundaron el pabellón de diversión y jolgorio a todos los asistentes.

El pregón y chupinazo tuvo lugar el viernes, a cargo de Eugenio Arnao, de la Casa del Gaitero. Un pregón muy original, vistoso, sonoro, mágico y con mensaje. Después los gaiteros de Morropreto recorrieron las calles del puebloy también la charanga El Meneíto animó a todos los asistentes a la séptima edición de la Fiesta de la Cerveza.

La segunda ronda, también de Murillo Conde, fue muy emocionante puesto que se engamellaron dos toros por las cuadrillas de Paniza y Aguarón. Al finalizar, en el pabellón de fiestas, tuvo lugar una macro discomóvil con Alex Melero como dj invitado.

El sábado comenzó, tras almorzar huevos fritos gracias a la Peña Generación Cansada, con un encierro por las calles y suelta de reses de Hermanos Colomer. Continuaron los actos festivos con el volteo de campanas, pasacalles, concurso de disfraces infantil, suelta de cabezudos, carretones, cucañas y piñatas.

El café concierto del sábado tuvo como protagonista al grupo Magia Negra. Después, la Banda de la Escuela de Música Santa Cecilia animó a todos con la charanga en la que las peñas de Aguarón fueron protagonistas con sus divertidos e imaginativos disfraces.

La Ganadería el Ruiseñor se encargó de soltar las reses del encierro de la tarde y el toro de ronda de la noche, y el grupo Magia Negra (grandes amigos) llenó el pabellón de fiestas con su gran repertorio.

El domingo, día grande, comenzó a las 5 y media de la mañana con la Aurora cantada por las calles, de gran tradición, rememorando el milagro de Blas Alós. Después del Rosario y la misa, tuvo lugar el pasacalles con la Banda de Música Santa Cecilia, en el que se premio el mejor traje masculino (Santiago Moreno), mejor traje femenino (Fabiola Rubio) y mejor traje infantil (Sofía Félez). Con la procesión y misa solemne concelebrada, cantada por el Coro de Aguarón, se inauguró la décima Fiesta del Vino y la Artesanía. Varios puestos de artesanía, con auténticas obras de arte, complementaron la Fiesta del Vino, una gran oportunidad para ofrecer sus exclusivos productos. Como años anteriores, la Fiesta del Vino, de gran trascendencia, atrajo a vecinos y amigos de pueblos de alrededor, provocando un ambiente festivo siempre en torno al vino de la DOP Cariñena. Y hubo, como todos los días, varias actividades para los niños con hinchables y pintacaras.

Destacar, a parte de la Feria del Vino y la Artesanía, el tradicional concierto que la Banda de la Escuela de Música Santa Cecilia ofreció en la tarde del domingo, con un gran repertorio que deleitó a todo el público.

Los festejos continuarían con el toro de ronda y baile, y el lunes con el campeonato de futbolín, café concierto y baile de la orquesta Magnum, el espectáculo jotero de “El Otero del Cid”, y el encierro y el toro de ronda por la Ganadería Hermanos Colomer.

El martes comenzó con la tirada de barra aragonesa, por el Club de Barra de Aguarón, la comida de la Asociación de Mujeres Algairén y espectáculo de música. Por la tarde-noche tuvo lugar la entrega de trofeos y la cena popular, para después disfrutar con el espectáculo de humor de Diego Peña. La traca fin de fiestas y la retreta pusieron fin a las fiestas 2019.

Desde estas líneas, el ayuntamiento envía un agradecimiento especial a todos los vecinos, las asociaciones, a la comisión y a las peñas (grandes protagonistas) que han colaborado y ayudado en los diferentes actos, a la Banda de Música Santa Cecilia y a la Banda Municipal y, por último, a la cuadrilla de engamelladores, puesto que sin ellos no habría festejos taurinos y porque su trabajo conlleva un gran esfuerzo y un gran riesgo, a veces infravalorado. T