Durante cinco días los tosinos volvieron a vivir con intensidad sus fiestas patronales en honor a San Bartolomé, celebraciones que comenzaron con el matutino chupinazo infantil con el que Paula, Judith, Nerea y Lucía --las cuatro reinas infantiles-- dieron comienzo a las fiestas para los más pequeños. Este acto fue el preámbulo del pregón y chupinazo que a las seis de la tarde diera comienzo oficial a los festejos desde los balcones del ayuntamiento. Un honor que este año estuvo a cargo de una familia adoptiva del municipio y muy querida, la de Lenuta Varga, que pronto cumplirá los quince años viviendo y participando activamente en este pueblo.

Los días fueron trascurriendo entre multitud de actividades en las que no faltaron los juegos tradicionales, los concursos acuáticos, las cucañas o el indispensable torneo de guiñote, recuperándose aquellos juegos que tanto gustaban a nuestros mayores en los que se ponían a prueba la fuerza y las técnicas brutas de los aguerridos agricultores tosinos.

El sábado por la noche la fiesta temática de disfraces hizo retornar a Tosos al medievo viviéndose en la plaza cruentas batallas entre las peñas e incluso contra el toro de fuego, cual dragón mitológico se tratase, apaciguadas todas ellas por las libaciones que generosamente repartían las mesoneras de uno y otro bando mientras que bufones y arlequines amenizaban la velada.

Natalia, Alejandra y Zuriñe, Damas de Honor de este 2014, supieron estar a la altura de las circunstancias y, vaya si lo estuvieron, pues no se perdieron ninguno de los actos a costa de sus horas de sueño y siempre dispuestas a echar una mano en lo que fuese menester. Al igual que ocurrió con las dieciséis peñas que componen la Asociación Interpeñas, verdaderas artífices de las fiestas y sin las que no serían posibles unas fiestas como las que se viven en Tosos cuya organización no es cosa de un día ni dos, si no de un año entero en el que todas las opiniones y opciones son bien recibidas a fin de seguir celebrando las mejores fiestas de Tosos para los tosinos y todos aquellos que honran a la localidad con su visita en estos días tan especiales.

Este año el broche de oro lo puso la ronda jotera que volvió a discurrir por las mismas calles que rondaban a principios de siglo los zagales del pueblo, en busca de amores o aprovechando la ocasión para hacer crítica a algún vecino o al ayuntamiento. Pues así se hizo y los tosinos armados con guitarras y bandurrias hicieron suya la jota y cerraron las celebraciones de este año esperando impacientes las del siguiente.