Coleccionar máquinas de coser es, desde hace una década, el hobby de Mercedes Bello para quien estos útiles se han convertido en objetos de decoración con los que ambientar su vivienda.

La vinculación de esta vecina de Muel con el sector textil no viene únicamente de esta afición sino que su actividad profesional, como propietaria de una fábrica de acolchados textiles para hogar y para vestir, también guarda una estrecha relación con su faceta de coleccionista.

Tras una década recorriendo mercadillos y anticuarios europeos, Mercedes Bello disfruta de unas 18 máquinas de coser y, ahora también, de algunas máquinas de escribir y relojes, objetos que empiezan a formar parte de su colección.

En un mercadillo alemán encontró la que es su pieza más antigua, una máquina de coser fabricada en 1860 que funciona con manivela y no tiene canilla, es decir, que cose con un único hilo en la aguja. A pesar de que estos modelos ya no guardan ninguna relación con las máquinas industriales con las actualmente se trabaja en el sector textil, Mercedes Bello reconoce que estos modelos ya fueron una revolución para esta industria. Ahora, aunque todavía se podrían utilizar para coser, las originales formas de estos primeros modelos bien sirven como objetos de decoración.

La mayor parte de las máquinas de la colección de Mercedes Bello se fabricaron en la antigua Alemania del Este. La primera marca que se empezó a fabricar en España fue la popular Singer, aunque todavía sin pedales. Precisamente fue un ejemplar de esta marca el primero de la colección de Mercedes Bello. A partir de aquí comenzó una búsqueda que la ha llevado a conocer a otras personas con esta misma afición y a encontrar ejemplares tan vistosos como la Reina Isabel, una máquina muy elegante con incrustaciones de nácar. No es una afición muy común, como tampoco la de su marido; coleccionar tractores.