El sábado 9 de agosto, el acto más esperado por las mozas de Alfamén daba comienzo con aquella frase "Todos los niños crecen, excepto uno" de la mano de Carlos Gil y de una Comisión de Festejos entregada al máximo para que todo saliera a la perfección.

De esta forma, la fantasía de Peter Pan se adueñaba del renovado Pabellón La Libertad e invitaba a quedarse con aquella última frase de su novela que dice "¿Conoces ese lugar entre el sueño y el despertar, ese lugar donde todavía puedes recordar los sueños? Pues ahí es donde siempre te amaré, donde siempre te estaré esperando".

Aquí, la fantasía, los sueños y el amor tienen un punto álgido, donde un Peter Pan enamorado se despide de Wendy. De ese modo se invitó a soñar y a ser niño de nuevo por unos días. "Venga, vamos pues, que los sueños nos están esperando...". Y así, arrancaba el desfile de glamour por la alfombra roja del Pabellón La Libertad.

Cuatro reinas salientes dejaban su corona y la recibían María Merida Valero y Rebeca Hernández Valero. Todas ellas radiantes como si fueran estrellas del cine acompañadas de guapos mozos de Alfamén.

Alejandro Gil Arnal, alcalde de Alfamén, agradeció a las reinas salientes y a sus familias la entrega, dedicación e ilusión con la que habían llevado el reinado. Dijo haberse sentido un hombre feliz cuando Rebeca se le aproximó en el baile de la noche de Carnaval para decirle que deseaba ser Reina de Fiestas, y mucho más cuando Alfamén contó con estas dos bellas chicas para representar a la mujer alfamenense. Con sus palabras rindió homenaje a la comisión gestora encargada de levantar en 1979 el Complejo de Ocio La Libertad de Alfamén. Además, dijo que había hecho historia, que aquella generación fue un ejemplo a seguir y que se pusieron de acuerdo para construir un edificio singular y vanguardista para la época. También recordó que toda la provincia acudía a visitarlo, ya que era todo un punto de referencia. Finalmente, apeló a que la gente joven se divierta con límites y gestionando positivamente su ocio puesto que las imprudencias se pagan duramente. Asimismo, se dirigió a las dos comisiones para felicitarles por su esfuerzo y por el gran trabajo desarrollado.

El vals ponía fin a una noche mágica donde los sueños se hicieron realidad.