Aunque todavía es pronto para hacer una estimación exacta, la Denominación de Origen Protegida Cariñena prevé que la vendimia de este año sea buena, tanto en cantidad como en calidad. Según los primeros estudios técnicos, podrían recogerse unos 89 millones de kilos de uva, un 7,9% por encima de la media de los últimos diez años.

En los campos de la DOP Cariñena se ha producido ya el cierre de los racimos y en julio comenzó el envero (fase de maduración en la que las uvas pasan del color verde a tonalidades rojizas y azuladas, las tintas, y rubias y amarillas, las blancas) en zonas por debajo de 500 metros de altura y en las variedades más tempranas: tempranillo, merlot o syrah. La sanidad de la uva y el estado de los viñedos son buenos en estos momentos.

La evolución de la climatología ha ayudado al buen desarrollo de la campaña. Las lluvias acompañaron el comienzo de la brotación, a mediados de marzo. El crecimiento de los pámpanos fue rápido, debido a las temperaturas cálidas que se registraron en abril y mayo y a la abundante pluviometría. Y lo mismo ocurrió con el cuajado final, en junio.

La cosecha se presenta de este modo muy diferente a la del 2019, donde la falta de lluvias y las temperaturas irregulares mermaron la producción. El año pasado, las bodegas de la denominación consecharon 66 kilos de uva, 23 menos que la cantidad prevista para este año y un 23,5% menos de la media de la última década.

INICIO EN SEPTIEMBRE

En la actualidad, la Denominación de Origen Cariñena abarca una superficie total de 14.183,25 hectáreas de viñedos, repartidas por 14 municipios de la comarca. La previsión es que la vendimia comience de forma general a mediados del mes de septiembre.

En los últimos años, se han fomentado los cultivos en espaldera dentro de la denominación, una medida que permite una recogida fácil y rápida con máquinas vendimiadoras. Así, un 75% de las uvas serán recogidas de esta forma y solo en una cuarta parte se hará de manera manual. T