Como entretenimiento e información para todo el que se sienta aficionado a la fiesta de los toros, se inicia un nuevo apartado en la Crónica del Campo de Cariñena con la finalidad de hacerles llegar datos y anécdotas taurinas acontecidas desde tiempos ya lejanos, así como también historias de protagonistas de nuestra fiesta, los cuales aportaron (con su gran afición) su granito de arena para enriquecer la historia taurina, que a día de hoy todavía perdura cuando llegan las fechas festivas de las localidades de nuestra comarca.

Comenzamos en este número recordando a un personaje importantísimo, que allá por 1930 era muy conocido en la comarca del Campo de Cariñena. Hablamos de quien por aquel entonces era ganadero de reses bravas Vicente Sierra Peiró, más conocido como ´El tío Guindilla´.

Vicente Sierra Peiró nació en Codos el día 19 de abril de 1885. Debido a su gran afición taurina comenzó sus andaduras como ganadero poniéndose en contacto con otro ganadero de entonces, José María Arauz de Robles, que acostumbraba a vender ganado a diferentes localidades de la comarca para sus festejos taurinos. Vicente adquirió una gran amistad con José María y a partir de ahí todos los años iba a la feria de ganado que se celebraba en La Carolina (Jaén).

Una vez allí se desplazaba hasta la ganadería de Arauz de Robles para poder ver esta ganadería y así apuntar en su libreta los números de las reses que decidía comprar, ya acostumbraba a comprar todos los años 60 o 70 reses. Una vez cerrado el trato, Vicente esperaba a la llegada de la primavera, que era cuando José María Arauz de Robles realizaba la trashumancia desde su finca de Jaén hasta la que poseía en localidad de Molina de Aragón, subiendo así además de sus propias reses las que le había comprado ´El tío Guindilla".

Una vez llegado el ganado a Molina de Aragón, Vicente Sierra, acompañado de sus hijos, Vicente, Félix y Guillermo, y también durante varios años por un pastor andaluz que Vicente tenía contratado, se encargaban de trasladar el ganado comprado desde Molina de Aragón a Codos. Este traslado duraba entre tres y cuatro días, ya que por aquellos años se iba andando a través del Camino Real.

Tras el traslado, ubicaba sus vacas en la finca ´La Pardina´, sita en el término de Val del Águila, finca en la que tenían una casa donde pasaban todo el verano realizando las labores ganaderas. Por aquel entonces el ganado no se alquilaba, sino que se compraba, así que cuando llegaba la temporada ´El tío Guindilla´ ya había vendido sus reses a diferentes localidades.

Él era el encargado de conducir las vacas vendidas hasta los corrales del pueblo en el que se iban a lidiar las reses. Este mítico ganadero, todavía recordado por nuestros mayores, obtuvo gran fama por diferentes comarcas de Aragón, donde sus vacas eran lidiadas en las tardes de festejos que se celebraban en las fiestas patronales.

Cabe mencionar localidades como Aranda del Moncayo, Brea de Aragón, Sestrica, Jarque del Moncayo, Ricla, Calatorao o localidades de nuestra comarca como Aguarón, Cariñena, Cosuenda, Muel y Paniza.

Además de las vacas y los toros que formaban su ganadería poseía para la conducción del ganado varios bueyes. Entre los más recordados están cabestros como ´Caminante´, que fue el más famoso, ´Carcelero´, ´Ayudante´ o ´Estudiante´. Sobre la década de los 50, llegado ya a cierta edad y haciéndose costoso y duro el manejo del ganado, Vicente Sierra decidió retirarse de la fiesta ganadera.

Sin duda alguna, aquella forma de llevar una ganadería representaba la dureza y el sacrificio que hacían entonces personas como nuestro protagonista.

Vicente Sierra Peiró, ´El tío Guindilla´, vivió por y para el ganado bravo, y de alguna manera, representó a lo largo de su vida la verdadera afición en nuestra tierra.