Los cosuendinos desafiaron las inclemencias del tiempo y se concentraron el 5 de enero frente al torreón del siglo XV, conocido como torre de la Lisalta, en un abrazo simbólico a este monumento para exigir al Gobierno de Aragón que medie en el conflicto entre el nuevo propietario del mismo y el ayuntamiento, para que la propiedad de este bien catalogado como de Interés Cultural vuelva a ser del pueblo.

El Torreón de la Lisalta, que era de titularidad eclesiástica, fue vendido a la familia Benedí Franco hace varias décadas, en 1968, con el compromiso de construir un "parador del que se verían las letras desde Zaragoza". Desde 1995, el Ayuntamiento de Cosuenda insistió en varias ocasiones al titular para que cediera la propiedad al consistorio o lo restaurase, basándose en informes de la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno autonómico que instaban a esa cesión para poder restaurar el torreón y su entorno, ante su negativa a cederlo a la localidad.

Finalmente, tras producirse disputas en la familia Benedí en torno a la herencia y la propiedad de la Lisalta, el propietario lo vendió recientemente a otro particular: un vecino de Murcia, que fue quien se puso en contacto con el ayuntamiento el pasado 16 de octubre para informar de que había adquirido los más de 2.722 metros cuadrados que incluyen el torreón y su entorno.

Por ello, el consistorio reclamó a la Consejería de Educación, Universidad, Cultura y Deporte que aplicara el derecho de tanteo o, en su defecto, lo delegase en el Ayuntamiento de Cosuenda, a lo que no recibió respuesta. Es más, según apuntan desde el consistorio, la consejera Dolores Serrat afirmó en sede parlamentaria que el ejecutivo no iba a intervenir en una compraventa entre particulares si no había ningún indicador de que el bien corriera peligro, a pesar de que desde el pueblo se advierte de que el riesgo de ruina es inminente y los propios informes de técnicos de la Dirección General de Patrimonio así lo han advertido en varias ocasiones. Asimismo, señaló que la inversión no era prioritaria e invitó al ayuntamiento a iniciar un procedimiento de expropiación.

Ante esta situación, el Ayuntamiento de Cosuenda intentó negociar a principios del mes de diciembre con el nuevo propietario la compra por el mismo precio al que lo adquirió --8.000 euros-- más los gastos de tasas, notario y registros, a lo que se negó, así que le dio un plazo de cinco meses para que presente un estudio para la conservación y rehabilitación del torreón y de toda el área y si este no lo entrega se iniciará un expediente de expropiación forzosa por interés social.

UNIDAD

Mientras, el pueblo se ha mostrado unido ante lo que supone una "oportunidad perdida" para recuperar la propiedad de este símbolo local, su emblema más característico, causada por la negativa de la Consejería de Cultura a utilizar el derecho de tanteo o retracto.

Así, el alcalde, Óscar Lorente, ha exigido al Gobierno de Aragón que "enmiende el error" que ha cometido e intermedie entre el ayuntamiento y propietario para que este Bien de Interés Cultural vuelva a venderse al pueblo en las mismas condiciones.

"Ahora que tanto se habla de las identidades, del Reino de Aragón, de su archivo, de los bienes de la Franja, de la Corona de Aragón..., no podemos perder nuestra historia, nuestro patrimonio histórico-artístico y dejar que se lo regalen a vecinos de otras Comunidades Autónomas sin contar con sus pueblos", ha añadido, y ha denunciado que el consistorio no fuera informado en su debido momento de la compraventa del torreón porque los alcaldes y concejales, ha dicho, son "los guardianes del patrimonio" de los pueblos. "No solo estamos para que nos llame la DGA a través del 112 cuando hay un accidente o incendio", ha lamentado. "Tiene que haber colaboración entre administraciones como dice nuestra Constitución".

Tras la concentración, los vecinos decidieron mediante asamblea en el pabellón iniciar a una recogida de firmas, solicitar un informe al Justicia de Aragón sobre cómo se ha llevado el expediente por parte del Gobierno autonómico, reclamar la intervención de la consejera y la presidenta del Gobierno de Aragón, así como sendos informes a la DPZ y a la Comarca Campo de Cariñena.

"Todos los niños hemos jugado allí. Es un icono nuestro", coinciden alcalde y vecinos de Cosuenda.