Como en muchos puntos de Aragón, la borrasca Gloria sorprendió a los habitantes de la Comarca del Campo de Cariñena con una nevada como hacía tiempo que no se recordaba.

La mañana del 21 de enero, muchas localidades se tiñeron de un manto blanco, una preciosa estampa que también dejó una parte más negativa con carreteras cortadas y municipios incomunicados. Y no solo eso, días más tarde, entre el 29 y el 30 de enero, debido a la subida repentina de temperaturas y al rápido deshielo, el río Huerva sufrió una importante crecida que causó numerosos daños en varios municipios de la comarca como Tosos y Villanueva de Huerva.

El embalse de Las Torcas, que llegó a estar al 100% de su capacidad, no fue suficiente para laminar la crecida de un río que habitualmente baja con escaso caudal. Las consecuencias fueron huertas anegadas y daños en escolleras, pasos sobre el río y otras infraestructuras. «Todavía es pronto para evaluar los daños porque tenemos que esperar a que baje el nivel de agua», explicó el alcalde de Villanueva de Huerva, Felipe Gómez, quien señaló que el problema de fondo siempre es el mismo: «Hay que tomar medidas porque los ríos no pueden seguir como están, con acumulación de vegetación y maleza en el cauce».

En la misma línea se manifestó el presidente del Campo de Cariñena y alcalde de Tosos, José Luis Ansón, que junto a Gómez estuvo siguiendo en directo la crecida y mantuvieron una primera reunión con la consejera de Presidencia del Gobierno de Aragón, Mayte Pérez, la mañana del 30 de enero. Y esa misma tarde se convocó un Consejo Consultivo de Alcaldes del Campo de Cariñena al que asistió Mayte Pérez. En él, la consejera escuchó las peticiones de los regidores y avanzó que el Gobierno de Aragón maneja una primera valoración de daños en infraestructuras municipales y viarias en el Campo de Cariñena y Campo de Daroca que asciende a unos 500.000 euros.

Tras el encuentro, Ansón destacó que «la futura Ley de Emergencias puede ser un gran paso adelante, así como contar con teléfonos satélite».

Ahora, desde la Comarca Campo de Cariñena ya se han mantenido contactos con la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) que seguirán en los próximos días para ir evaluando los daños sobre escolleras, acequias, y otras infraestructuras, y se ha solicitado también una reunión con la delegada del Gobierno en Aragón, Carmen Sánchez, para poner sobre la mesa medidas que tiendan a poner fin a estos problemas a largo plazo.

MANTO BLANCO

Pero antes del deshielo, el paisaje comarcal era bien distinto y un manto blanco de bastante espesor cubrió el Campo de Cariñena. Por ejemplo, en el caso de Vistabella, la localidad permaneció aislada durante casi tres días, sufriendo además diversos cortes en el suministro eléctrico.

También Aladrén quedó incomunicada y en Paniza se acumularon hasta 40 centímetros de nieve. Muchos camiones se quedaron bloqueados en la A-23, a la altura de Muel, durante gran parte de la jornada del 21 de enero y para los turismos era obligatorio en uso de cadenas. Otras muchas carreteras de la red secundaria autonómicas y provinciales también quedaron intransitables. El presidente comarcal, José Luis Ansón, siguió de cerca las incidencias que dejaron las copiosas nevadas y, sobre todo, lo relativo al estado de las carreteras.

Y es que, como explica Cristina Langa, de Villanueva de Huerva, «el pueblo quedó paralizado, nadie podía salir ni entrar en él, teníamos de 20 a 30 centímetros de nieve, no se pudo ir a trabajar, ni los chicos al instituto ni al colegio. Fue un día donde los más mayores nos contaron historias de cómo se vivía estos días cuando ellos eran jóvenes, lo que les parece los adelantos de ahora con las quitanieves o los tractores, cuando ellos la quitaban a pala».

Una nevada que también permitió a los niños disfrutar mucho tirándose por las cuestas con los trineos, haciendo divertidísimos muñecos de nieve y guerras de bolas. Sin duda, fue un día para recordar. Tt