La primera Historia de Vida que se publicó en marzo de 2017 en el periódico fue la de mi marido. En ese momento vivíamos en Aguarón. Ahora quiero ser yo la que cuente mi historia en primera persona. En la actualidad residimos en Cariñena. Me llamo Fátima Ezzahrae, tengo 23 años y soy de Marruecos, de la provincia de Tánger. Tengo una familia numerosa y pocos amigos.

Estudié hasta Secundaria porque no pude seguir por motivos familiares y después me fui a aprender una profesión a un centro de formación profesional de peluquería y estética y obtuve después de dos años el diploma.

Comencé a trabajar con mi hermana en su salón de peluquería y estética. Con el tiempo me ofrecieron otro trabajo con mi amiga en una empresa cerca de la familia de mi madre. Lo cogí y estuve por fin contenta trabajando con mis amigas.

No pasó mucho tiempo y un amigo de la familia me ofreció casarme con él. Al principio no acepté porqué él vive y trabaja en España. Yo veía muy difícil alejarme de mi familia y sobre todo mi madre, pero él insistió y nos hemos acercado más hasta que me convenció a casarme con él.

Las familias estaban de acuerdo porque lo conocen bien, además es muy buena persona y muy responsable. La pedida de mano duró un año y después me case con él. Hicimos la boda y luego me fui con mi marido a España. Aquí empezó otra etapa de mi vida como inmigrante; sufro con el idioma y las costumbres desconocidas y diferentes. Pero siempre mi marido me apoya para adaptarme y que no me sienta sola. Poco a poco voy integrándome. La verdad es que la gente de aquí es muy cariñosa conmigo y eso me ayuda mucho. Todos me ayudan.

Lo mejor que me pasó en mi vida es ser madre. Tengo una hija guapa y estoy muy contenta con mi familia pequeña.

Desde aquí quiero agradecer a toda la gente de Cariñena, entre ellos los que trabajan en la comarca y en la casa de cultura. Gracias. T