Me llamo Miguel Augusto Teixeira y aunque nací en Mirandela, una pequeña ciudad del norte de Portugal, a los pocos años de vida me llevaron a vivir a Galicia, concretamente a Ourense. Aunque la gente que me conoce piensa que no me expreso correctamente en castellano porque soy portugués, realmente es porque lo mezclo con el gallego: Yo mismo apenas entiendo el portugués.

Nací en 1958 en el seno de una familia numerosa compuesta por mis padres y 10 hermanos, de los que apenas conozco a una hermana. Mis primeros años de vida, no fueron fáciles y, cuando tenía cuatro años, un matrimonio con poder adquisitivo me llevó a vivir con ellos a Ourense.Fueron realmente quienes me criaron, me educaron y con los que permanecí hasta que fallecieron. Yo tenía 17 años.

Con 18 años conocí a una chica y con ella tuve a mi única hija que actualmente tiene 23 años. Con mi pareja e hija vivimos en La Seu d´Urgell (Lérida) varios años hasta que me separé.

Me he dedicado laboralmente a trabajar principalmente en la construcción como peón de albañil. Fue el trabajo el motivo que me trajo a vivir a Aragón, primero a La Almunia de Doña Godina, y fue trabajando en Cariñena cuando conocí la zona. Con objeto de estar más cerca del trabajo me busqué una vivienda en el municipio de Villanueva de Huerva y ya no he cambiado de residencia.

Puedo afirmar que en la vida he tenido momentos buenos y también muchas dificultades. Trabajos con y sin contrato y quiero destacar que en algunos momentos me he sentido engañado. Concretamente en el último trabajo, tras ocho años en la misma empresa, trabajando largas jornadas, con poco sueldo y sin vacaciones, me despidieron y entonces me enteré de que no estaba dado de alta a jornada completa sino solo a media jornada.

Pero también quiero destacar las pequeñas cosas que me hacen feliz, como cultivar mi huerto donde tengo tomates, pimientos y muchas cosas más; trabajar mis olivos que cultivo para consumo propio de aceite; y poder ayudar en alguna tarea a mis vecinos. En Villanueva de Huerva me encuentro acogido por la gente y, sobre todo, por Mª Carmen y Paco, y es aquí donde quiero vivir el resto de mis días. T