Todo el mes de agosto, los paniceros estuvieron ultimando sus fiestas, sus disfraces, sus peñas, es decir, preparando todo para las grandes celebraciones patronales en honor a la Virgen del Águila.

Unos días que al fin llegaron el 5 de septiembre y en los que hubo actos para todas las edades… Desde por la mañana, despertando a los mas pequeños madrugadores, hasta las orquestas de la noche y la charanga de las peñas del domingo a las 8.00 horas.

El tiempo acompañó durante los primeros días, pero el fin de semana se complicó y la inestabilidad meteorológica se hizo notar. El domingo, en la última bajada de la charanga de las fiestas, y que para los paniceros es fundamental, empezó a caer una tromba de agua que obligó a parar la charanga y refugiarse donde mejor podían, en bares y ayuntamiento, donde la Asociación de la Tercera Edad Santiago Hernández, estaba esperando con un chocolate con torta, que no todos tuvieron la oportunidad de degustar.

Los concursos y las exhibiciones tuvieron una gran afluencia de público y los ganadores recibieron sus trofeos el domingo en la comida popular que tuvo lugar a las 14.00 horas. Como es tradición, los cocineros del pueblo se pusieron manos a la obra desde bien temprano, a las 7.30 horas, para preparar la tradicional calderada de la vaca que luego degustaron cientos de vecinos. T