La Secretaría de Estado de Medio Ambiente ha dado luz verde al proyecto de la balsa sobre el Grío para mejorar el acuífero de Alfamén (Zaragoza) al informar favorablemente de su evaluación de impacto ambiental, según se recoge en la resolución publicada en el BOE del 30 de diciembre de 2013. En dicha resolución se expone que, tras pasar el pertinente periodo de tramitación y consultas y el análisis de toda la documentación, el proyecto cumple los requisitos medioambientales y "no producirá impactos adversos significativos".

El proyecto, cuyo promotor es la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), plantea la construcción de una balsa sobre una superficie de unas 35 hectáreas de cultivo que estará revestida exteriormente por una lámina impermeable de polietileno de alta densidad, así como las conducciones necesarias para tomar el agua excedente de la Rambla Cariñena y de la acequia de Grío o acequia Carretillo, al pie del futuro embalse de Mularroya, y una caseta de control.

La construcción de la balsa permitiría almacenar el agua procedente de los desbordamientos de la Rambla de Cariñena que han llegado a producir inundaciones en los núcleos urbanos próximos. Con la ejecución del proyecto, el agua procedente de las avenidas de la Rambla Cariñena se derivaría a la balsa proyectada que tendría una capacidad de embalse de unos 1,3 Hm3, y cuyo destino es atender la demanda para 7.000 hectáreas de regadío de la comunidad de regantes del acuífero de Alfamén, y de este modo se prevé que disminuya la explotación de dicho acuífero.

Para posibilitar tanto el llenado como la distribución de agua a las parcelas de regadío están previstas varias conducciones, entre las que destaca la que sirve indistintamente como desagüe de fondo y como tomas para riego y que tendrá un recorrido de 3,25 km hasta la acequia nueva de Michen en el término municipal de La Almunia de Doña Godina.

La evaluación ambiental señala que el impacto del proyecto sobre la vegetación será mínimo y, a su vez, propone medidas de carácter general durante la fase de construcción, como el riego frecuente para minimizar emisiones de polvo y partículas, y limitar la jornada laboral para evitar molestias por el aumento de ruido. Asimismo, señala que se deberán tomar medidas para minimizar la mortalidad de aves en la construcción de la nueva línea eléctrica necesaria para la instalación.

Además, existen dos impactos destacados sobre la hidrología superficial que son la canalización de un tramo de la rambla Cariñena y la detracción de caudales de la misma durante avenidas. Mientras que el primer impacto es negativo, el segundo tiene un signo positivo por la laminación de las inundaciones ordinarias. En el aspecto positivo, se destaca que con el proyecto se producirá una mejora de la tasa de recarga de los acuíferos, al introducir nuevos recursos hídricos al sistema.

De esta forma se da un paso más para hacer realidad el proyecto, aunque sobre la resolución todavía se pude interponer recurso contencioso-administrativo en el plazo de dos meses desde su publicación.