El 2 de septiembre, Longares celebró por todo lo alto el 350º aniversario de su Dance del Paloteo, una tradición declarada Fiesta de Interés Turístico de Aragón desde el año 2005. Los longarinos no se quisieron perder esta conmemoración, y fueron un total de 260 danzantes los que participaron distribuidos en 65 cuadros, la cifra más alta de participación que se recuerda.

El arzobispo de Zaragoza, Monseñor Vicente Jiménez, presidió la procesión en la que se enmarca el dance, mientras que la delegada del Gobierno en Aragón, Carmen Sánchez, y el consejero de Vertebración del Territorio del Gobierno de Aragón, José Luis Soro, encabezaron una nutrida representación institucional junto a la Corporación Municipal. Al acto asistieron centenares de personas que no se quisieron perder una cita histórica para el pueblo de Longares.

El origen de este singular dance data del año 1668, cuando llegaron a Longares las reliquias de los santos mártires Vicente y Gonzalo, adquiridas en Roma por Diego Escolano. Los vecinos salieron a las afueras a recibirlas, y en el traslado hacia la iglesia, unos cuantos vecinos se pusieron a danzar espontáneamente como señal de alegría por dicha llegada. Desde entonces se viene realizando el dance, el cual ha sufrido algunas variaciones con el paso del tiempo que han servido para fortalecer su desarrollo, como la incorporación de palos, música y uniforme, o la posibilidad de que mujeres y jóvenes puedan participar.

En la actualidad, los danzantes llevan como indumentaria calzado negro, pantalón o falda azul marino, faja roja a la cintura, camisa o camiseta blanca, y el típico cachirulo rojo y negro anudado al cuello, que fue entregado antes del comienzo a los danzantes por las autoridades presentes, con un bordado especial para la celebración. Además, utilizan dos palos de madera de carrasca de unos 50 centímetros de longitud, de color rojo con los extremos en blanco y azul.

Para llevarlo a cabo, se forman grupos de cuatro personas que realizan una serie de movimientos que se repiten continuamente durante una hora aproximada, mientras se avanza por el recorrido que lleva la procesión, de unos 400 metros de longitud, comenzando y terminando en el interior de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción. La música la puso como es costumbre durante los últimos años la Banda de Almonacid de la Sierra, reforzada por nueve músicos longarinos.

El alcalde de Longares, Miguel Jaime Angós, señaló que «el paloteo es nuestra seña de identidad más viva, y un motivo de orgullo para todos los longarinos por haber sabido conservar durante tanto tiempo una tradición que nuestros antepasados nos entregaron y que tenemos el deber de hacer llegar en perfecto estado a generaciones futuras, algo que estamos consiguiendo entre todos».

El dance no sale fuera del municipio a ningún tipo de exhibición ni concentración, ya que éste no tiene sentido fuera del ámbito de la procesión en la que se desarrolla, donde los longarinos viven un sentimiento a flor de piel provocado por una mezcla de emoción y devoción.

Por su parte, la Asociación Cultural El Rudero organizó durante las fiestas una gran exposición con fotografías del dance. En ellas, según indicó su presidenta, Lola Mastral, «se pudo apreciar la considerable evolución que ha tenido en las últimas décadas, en cuanto a indumentaria y en cuanto a la participación de las mujeres en el dance, que se produce desde el año 1972». Los artistas de la asociación De Vuelta con el Cuaderno también estuvieron presentes en Longares durante la jornada para plasmar gráficamente la crónica de un día histórico para esta villa del Campo de Cariñena.

Covinca, la bodega que aglutina a la mayoría de agricultores de Longares, también se quiso sumar a la conmemoración sacando a la venta 3.000 botellas de su vino Terrai OVT 2016, un tinto joven procedente de viñas viejas de tempranillo etiquetado con la imagen del 350 aniversario y el escudo de la villa, según señaló su Gerente, Jacinto Rodríguez, «para que los longarinos y los amantes del vino tengan un recuerdo de esta fecha tan señalada».

El dance se repitió de nuevo el 8 de septiembre en honor de la Virgen de la Puerta, y también pasó a la historia. Por primera vez tuvo que ser interrumpido durante unos minutos en el tramo final debido a un fuerte aguacero que sorprendió a los 208 danzantes que participaban ese día, y que hizo que la peana de la Virgen tuviese que ser resguardada en una cochera para evitar que se mojase en exceso. Una vez protegida, prosiguió su recorrido hasta la iglesia, donde aguardó a los danzantes, que llegaron empapados pero felices, mostrando su gran devoción por una gran tradición que cumplía 350 años. T