Ente la expectación y el asombro de los pequeños mezalochanos, los Reyes Magos de Oriente hicieron un alto en su largo camino para dejar un montón de regalos en Mezalocha la tarde noche del 5 de enero. Se ve que este año, absolutamente todos habían sido buenos y merecedores de presentes.

Los alborotados niños esperaban con la lógica impaciencia la aparición de sus Majestades de Oriente y, cuando los vieron acercarse con su brillante carga de regalos, los murmullos y aplausos dieron paso a la alegría desbordante, acompañándolos por la calle Mayor hasta la abarrotada iglesia de San Miguel donde, uno a uno, los pequeños fueron nombrados para recibir de las propias manos reales su tan esperado y merecido regalo.

También muchos adultos recibieron sus personales detalles de familiares y amigos.

Ojos de asombro y sonrisas sin fin iluminaron la iglesia parroquial en el preludio de la noche más bella para la inocencia de un niño, como es la noche de Reyes.