Joaquín Serrano Andreu lleva 25 años "haciendo de todo" como alcalde de Vistabella, pequeña localidad cercana a Paniza. Comenta que cuando llegó al puesto, hace un cuarto de siglo, se encontró un pueblo muy deteriorado y "no hice otra cosa que trabajar". Y es por esta labor que el primer edil ha sido galardonado con la medalla de Plata Santa Isabel, otorgada por la DPZ a los ocho alcaldes zaragozanos que mantienen el cargo desde los primeros comicios locales de 1979.

Con cierta melancolía relata que el municipio no tenía agua corriente, y proporcionársela era su prioridad. Tras ésto, múltiples proyectos se han sucedido, y el resultado está a la vista. Orgulloso, cuenta que "la gente que viene se sorprende de verlo tan limpio y bien".

"Siempre me he encontrado a gusto trabajando sin parar y aún sigo haciéndolo", explica este alcalde con tareas de "mantenimiento". Su expresión denota, a la vez, cansancio y satisfacción por una labor bien hecha respaldada por su gente, aunque "sin retribuciones, ni ayudas".

Aunque confiesa llevar mucho tiempo en la alcaldía, no sabe si dejará de optar a ella, con el PAR, ya que "me presento porque la gente me anima y he arrasado".

De sus proyectos, el alcalde de Vistabella, destaca las citadas obras de abastecimiento de agua y vertido, la extensión de la línea telefónica "ya que sólo había un teléfono público" y la pavimentación, a la que otorga gran importancia. Resalta, además, la construcción de nichos fúnebres y una relevante obra de logística: el puente que comunica con Herrera de los Navarros y Luesma.

Para el futuro, Joaquín Serrano, que continuará con estos proyectos, pretende modificar el suelo de la plaza de la Iglesia, empedrándolo, y para la iglesia, cuya torre ya fue restaurada, espera el apoyo de la DPZ para reparar la fachada y el tejado.

Al preguntarle por su peor momento en el cargo, responde con tristeza y voz temblorosa que fue un pleito con un familiar por la expropiación de un terreno a la entrada del pueblo, pero la justicia le dio la razón. No obstante, indica que el balance es positivo puesto que los buenos momentos prevalecen.

Con humildad, Serrano expresa que la reducida población del lugar impide tener un secretario, por lo que está en concejo abierto con Paniza y Aladrén, así como tampoco gozan de muchos servicios, lo que les obliga a acudir a las localidades cercanas.

Finalmente, concluye, con satisfacción, que con esta medalla "se nos ha reconocido el trabajo", puesto que es muy difícil ocupar este cargo en una pequeña localidad donde no existen las ayudas y apoyos de que disponen ediles de ayuntamientos más grandes. "No hemos escatimado ni horas ni ganas de trabajar, ya que tenemos gran ilusión por sacar adelante nuestros pueblos", indica.

ESTEFANIA SANZ