El domingo más cercano a San Blas (3 de febrero), se celebra la fiesta de quintos que tiene su origen en la celebración del sorteo para ir a la mili. Esta es una de las tradiciones más bonitas de Aguarón, que no solo se ha mantenido sino que se ha popularizado siendo cada año un éxito en participación.

Antiguamente era una fiesta donde los quintos recorrían la localidad pidiendo alimentos, y comenzaba a la salida de la iglesia cuando después de la bendición de los 'rollos'; la comitiva recorría la ciudad cantando coplas y en las casas de los quintos se ofrecía a los acompañantes pastas y vino. Posteriormente las madres de los quintos, con los alimentos recogidos, realizaban una comida para los quintos y sus familias que se celebraba normalmente en El Santo y al quinto que se libraba lo ataban a una de las puertas de forja y lo dejaban sin comer.

Actualmente han variado algunas cosas. Los quintos ya no llenan el serón de alimentos, aunque se ha mantenido la tradición del borrico. Así, después de salir de misa, primero se va al ayuntamiento, luego a las tiendas y establecimientos, después en casa de cada quinto se ofrece chocolate, moscatel, pastas... y conforme avanza la mañana todo tipo de tapas y aperitivos fríos y calientes (eso sí, acompañadas de un excelente vino de Aguarón). Y es que las familias de los quintos se esfuerzan en agasajar a los vecinos y visitantes.

Se conserva la tradición del sombrero, y los quintos lucen bonitos pañuelos al cuello y van con su vara vestida con cintas de colores muy vistosas. También se adorna una burra como antiguamente, aunque el serón de esparto se lleva por conservar la tradición, ya que actualmente ya no se regalan alimentos sino dinero. En el centro y a lo alto de la albarda, en un panel, se pone un roscón grande que dice: "Viva la quinta del año". Una vez terminada la ronda por las calles, todos los quintos y sus familiares van juntos a comer al pabellón.

Cantando las siempre emotivas coplas al ayuntamiento, madres, novias, establecimientos, sitios pintorescos de la localidad, la quinta del 94 hizo el recorrido por establecimientos y casas de la villa, donde se ofreció a todos los asistentes una verdadera degustación de tapas, dulces, pastas, chocolate caliente, vino, refrescos... Una vez finalizada la ronda, todos los quintos, junto con la familia de cada uno, comieron en el pabellón. Después más invitados acudieron a tomar café para acompañar a sus quintos y celebrar juntos este gran día.

Es una tradición que, cuando menos, sorprende a todo el que acude a Aguarón. El recibimiento, acogida y hospitalidad que se ofrecen en este día son inexplicables, y hay que estar aquí, ver con tus propios ojos cada momento vivido, para saber y ser consciente de lo que esta fiesta significa para la gente de Aguarón.

Felicitaciones a Carlos Vicente, Andrea Murcia, Ana Calatayud, Teresa Navarro, Sandra Fontanas, Virginia Pérez, David Cano, Alejandro Gómez, Pablo Lanaspa y Beatriz Barbod. ¡Viva la quinta del 94!.