Este año la comisión de Cultura acertó con la elección del destino del viaje que, como cada año, se incluye dentro de las actividades culturales de Alfamén. El destino elegido fue el museo de Balenciaga em Getaria y una cata de txacolí.

El museo de Balenciaga se ubica en un edificio nuevo anexo al Palacio Aldamar, situado en una colina que corona Getaria, uno de los pueblos con encanto de la costa vasca. El palacio fue la antigua residencia de verano de los marqueses de Casa Torre, abuelos de la Reina Fabiola de Bélgica y mentores de Balenciaga en sus primeros años de carrera.

Este nuevo edificio es obra del arquitecto cubano Julián Argilagos. Se trata de una gran volumetría longitudinal, sinusoidal y de sección trapezoidal, cerrada con muro cortina de vidrio. En el interior, tres grandes volúmenes suspendidos albergan las salas de exposiciones.La fachada principal -un plano vertical limpio y oscuro - se pliega para construir la puerta de acceso al museo. El interiorismo y la elección de los colores está muy medido:el uso del gris oscuro en los paramentos más grandes reduce y hace más humana la percepción de la escala interior del edificio; por otro lado, los colores brillantes aplicados estratégicamente, diferencian los espacios que comprenden la recepción, la tienda, la sala polivalente y la cafetería.

La colección del Cristóbal Balenciaga consta de unas 1.600 piezas y constituye no solo la mayor colección de creaciones de este creador en el mundo, sino la de mayor relevancia tanto por su amplia extensión cronológica como por la calidad de las piezas que la componen. Su importancia la sitúa en un lugar privilegiado entre las colecciones de moda a nivel internacional.

La visita al museo no decepcionó a ninguno del grupo de Alfamén e impresionó tanto su contenido como su continente. Realmente es un edificio muy singular que merece la pena conocer. A continuación hubo tiempo libre para patear el casco viejo del municipio y degustar sus magníficos pintxos. A las 14.00 horas tuvieron cita con un restaurante del puerto donde probaron un típico menú del día marinero. Por la tarde se visitó la conocida Bodega Gaintza de vinos blancos de Txacolí. El guía profundizó en la elaboración de este vino así como de la comercialización y modernización de los actuales viñedos. Para finalizar, les dieron a probar los diferentes vinos de la casa.El viaje resultó de sobresaliente, a pesar del repentino temporal del norte.