Siempre que comienzo una ruta guiada por el sendero de los dinosaurios de Villanueva de Huerva enseño a los visitantes un mapa del recorrido hasta llegar al yacimiento de icnitas El Paso. Y lo más importante: les prometo que durante el recorrido nos vamos a encontrar dinosaurios vivos. Normalmente, esta afirmación provoca sorpresa, ilusión, escepticismo o incluso miedo. En ocasiones alguien, un avispado y bien informado niño, dice la frase mágica. ¿Pero cuál es esa frase?

Thomas Henry Huxley era un biólogo británico defensor de las teorías evolucionistas de su buen amigo Charles Darwin. Hacia el año 1860 y comparando los fósiles de un ave, Archaeopteryx, y un dinosaurio, Compsognathus , ambos procedentes de un yacimiento Jurásico de Baviera (Alemania), Huxley llegó a una sorprendente conclusión: «Las aves son reptiles disfrazados».

En efecto, las características anatómicas y biológicas de las aves actuales son compartidas con un grupo de dinosaurios que vivieron en nuestro planeta hasta su extinción, hace unos 66 millones de años: los terópodos. Estos dinosaurios eran temibles carnívoros bípedos e incluyen géneros tan populares en la actualidad como Tyrannosaurus , Velociraptor o Spinosaurus . Nadie tomó en serio esta afirmación de Huxley y tuvieron que pasar casi 100 años hasta que el paleontólogo neoyorquino John Ostrom recuperó sus teorías al examinar un nuevo dinosaurio: Deinonychus . Pero a Ostrom le faltaba algo fundamental para poder emparentar a aves y dinosaurios, algo que no se había encontrado en los fósiles de dinosaurios terópodos hasta entonces: las plumas. Era y es poco común encontrarlas pues para que las partes blandas de un dinosaurio muerto fosilicen se tienen que dar unas condiciones excepcionales. Sin embargo, poco a poco se han ido descubriendo fósiles de terópodos emplumados e incluso algunos de ellos, como el Microraptor , se ha llegado recientemente a la conclusión que tenía la capacidad de volar. Hoy en día, los científicos ya cuentan con todas las evidencias del parentesco entre aves y dinosaurios, ambos comparten rama evolutiva.

Así pues, Huxley estaba en lo cierto y en la ruta de dinosaurios de Villanueva de Huerva tenemos la fortuna de ver dinosaurios de piedra, huellas fósiles de terópodos no avianos que vivieron hace 135 millones de años, y dinosaurios terópodos avianos vivos, como los espectaculares buitres que dominan el cielo villanovano. Esa frase mágica y real que algún niño exclama al comienzo de la ruta es: ¡las aves son dinosaurios!