Vistabella y Aladrén están cerca y no se ven" . La distancia entre los dos pueblos es de tres kilómetros y medio. Ciertamente no están lejos y bueno es que sean conocidos, al menos por este dicho popular tan inocente; pero Aladrén y Vistabella tienen muchas otras cosas por las que deberían ser conocidos.

Vistabella, el pueblo más al Sur del Campo de Cariñena, sólo se comunica con la Comarca por la estrecha carretera que desde Paniza, pasando por Aladrén, enlaza con otra aún más estrecha que allí nace, sube paralela al Huerva, pasa por Cerveruela y acaba en la general de Valencia.

Justificando el dicho popular, desde Aladrén la carretera va en ascenso siguiendo el cauce de un arroyuelo y superando suaves repechos hasta que llega al "Alto". Allí cambia el paisaje y empieza la bajada a Vistabella. La bajada es más rápida y el panorama espectacular. Está a la vista toda la Sierra de Herrera que corona a lo lejos el cabezo de la Virgen con sus más de 1.400 metros de altura. A la derecha, más lejanas, las cimas de la sierra del Pecos.

Muy cercano, a la izquierda, el formidable "Buitre" con sus más de mil metros que arrancan de la misma orilla del Huerva. Abajo junto al río se adivina Vistabella, tapada por el cabezo de Santa Quiteria.

Vistabella, antes Retuerta porque el poblado sigue y dibuja las curvas del río y las dobleces del monte, debe su nombre a esta panorámica, ya que tras la reconquista era urgente repoblar el territorio, indefenso de otro modo. Para ello se ponían nombres atrayentes -como Vistabella- a los pueblos que quedaron más despoblados.

Los reyes de Aragón, y especialmente Alfonso el Batallador, conquistaban mucho más territorio del que podían repoblar. Fue necesario traer no solo aragoneses, sino también navarros, catalanes, bearneses, francos y castellanos.

La repoblación de Vistabella empezó en 1124, cuando el Batallador dió a Pedro Ramón "carta-puebla", es decir, el derecho "a repoblar en Cariñena cuantas tierras pueda". Fue entonces cuando se le dio el nombre.

A partir de la reconquista, Vistabella fue siempre pueblo de realengo (dependiente de la Corona) integrado en la Mancomunidad de Daroca.

Pero otras muchas vistas hermosas pudieron también contribuir al origen del nombre y en cualquier caso lo ratifican. Si tras visitar el pueblo, cruzamos el río por el puente y subimos por la pista forestal que lleva a la carretera entre Herrera y Luesma, la visión de Vistabella desde la altura por el día es bonita y por la noche fantástica.

Vistas así se prodigan porque lo que da carácter a Vistabella es la conjunción del monte y el río. La carrasca abraza y protege una pequeña huerta, que da productos de gran calidad y finura y bellos parajes.

Aguas arriba, la carretera a Cerveruela, además de contemplarlos, ofrece la posibilidad de acampar en gratos espacios como el Corral del Río y la Peña de la Hiedra. Sin embargo, no se puede negar el efecto disuasivo de la carretera.

Aguas abajo el paisaje es más abrupto y llamativo. De allí hasta el pantano es la parte más extraordinaria y peor comunicada de todo el curso del Huerva. Tal vez por eso se conservan intactos algunos molinos, que hoy son una riqueza más que debemos conocer y conservar.

LUIS ALEGRE AGUDO