Martín Romero, Juanito Lorente y Zido Armendárez cogieron sus bártulos el 20 de noviembre y, desde Berriozar (Navarra), se subieron en su furgoneta, poniendo rumbo a Movera. En el equipaje llevaban un buen puñado de nervios, varios textos, un atril, unas cuantas púas, una guitarra y muchísima ilusión. Los pequeños del colegio Pedro Orós esperaban a Martín y sus collares, a Juanito y sus notas, y a Zido, ansiosos por conocer el por qué de su nombre.

Llegaron tras una ruta turística por Zaragoza (se perdieron). Cuando aparecieron por la avenida, una ráfaga de Zido con las largas de la furgo anunciaba que ya estaban. A la llegada a la puerta del cole les recibió una pancarta en la que se podía leer Una Bocanada de versos guía nuestros pasos. Cuatro niños fueron los encargados de recibirles y conducirles hasta el lugar donde empezaría el "fuego".

Nerviosos, niños y rockeros, entraron de puntillas, mirando a todos los lados, analizando su situación e impregnándose de la situación tan especial que se había creado. Martín, Juanito y Zido se sentaron y se dejaron llevar por los pequeños periodistas que les hicieron una de las entrevistas más entrañables de su vida, y en la que disfrutaron de la inocencia y madurez de las preguntas. Tras la entrevista, nos deleitaron con un acústico y la lectura de varios poemas del libro La lengua de nadie, de Martín, y disfrutamos de la voz del autor. Un hecho irrepetible. Siempre creímos que los niños aprenden cuando se emocionan y ese día Bocanada llenó de emoción a unos niños y aprendieron. No podemos obviar la sorpresa que se llevaron cuando el público de 9 a 11 años empezó a cantar con ellos Huele a muerto o El voladero, situación que dibujó una sonrisa sincera en el rostro de Martín.