Desde el pasado lunes, 4 de agosto, se está trabajando en las obras de acondicionamiento de la residencia de personas mayores de Movera, un edificio anticuado construido en el año 1977 que dejó de prestar servicio a comienzos de este año.

Los trabajos se van a desarrollar en los próximos meses en la planta sótano, la planta baja y cinco de las plantas, una remodelación que se ciñe al espacio que será utilizado en la nueva etapa de la residencia, que pasará a ser gestionada por una empresa privada y que reducirá la oferta a 85 plazas entre habitaciones individuales y dobles, una de las consecuencias más polémicas del cambio de modelo de gestión. Hasta su cierre, el centro atendía a 135 ancianos y el edificio, de trece plantas de altura, tenía capacidad en realidad para 250.

"Con esta reforma, todas las instalaciones van a cumplir todos los requisitos que nosotros exigimos a cualquier empresa o entidad que está trabajando con la asistencia a personas mayores dependientes", declaró la directora del IASS, Cristina Gavín. Los trabajos de reforma corren a cargo de la empresa adjudicataria del centro y deben adecuar las instalaciones a la actual normativa de evacuación y seguridad de la comunidad y a las necesidades de los usuarios.

Mientras, el IASS, como órgano gestor de numerosas residencias de Aragón, ha ido adjudicando los diferentes bienes que tenía la residencia de Movera a otros centros como los de Romareda, Utrillas, Calatayud y Javalambre, entre otras.

"Llevamos 40 camas articuladas a la residencia de discapacidad que disponemos en el instituto El Camp. También llevamos sillas, material de cocina y mesas para que todos los centros pudieran tener unas mejores instalaciones. Si hubiésemos tenido que comprarlo todo, habríamos tenido que gastar más de 400.000 euros", explicó Gavín.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Vecinos Dos Ríos de Movera, Ramón Royo, aseguró estar más pendiente de la "complicada situación" que están pasando las personas mayores que han sido trasladadas a la residencia de Utebo que de las obras en Movera. A su juicio, "lo importante ahora es el factor humano. Sabemos que el servicio público está sentenciado y que será privatizado. Sabemos lo de las 85 plazas en cinco plantas pero nadie nos dice nada sobre qué ocurrirá con las ocho restantes", declaró.

Sobre las condiciones que viven los ancianos en el centro de Utebo, Royo consideró que la alimentación "ha mejorado solo un poquitín, pero el resto de cosas van a ir muy despacio".