"Mamá, mamá", decía una pequeña mientras una de las profesoras le ponía un coqueto gorro rojo. Mientras, otros pequeños eran llevados en cadeneta hasta el centro del pabellón de Montañana para ir colocándose para la gran cita. Así, uno a uno, los más de 70 pequeños que acuden diariamente a la guardería Pequeños Genios fueron dando forma al gran grupo de baile que esperaba a que padres, madres y abuelos entraran para dar inicio al tradicional festival de Navidad que organizó este centro educativo para pequeños de 0 a 3 años.

Una vez colocados, lo más difícil era mantenerlos quietos y concentrados para que al sonar la música comenzaran la coreografía. "Mirad al pajarito Pinzón", les decía la directora del centro, Ana, para tenerlos entretenidos. Todo estaba listo y, tras retirar un gran biombo, empezó a sonar la música del rítmico Jingle bells rock, que comenzaron a bailar los pequeños. Unos se movían más y otros menos, algunos se daban la manita para bailar, otros se salían de la formación y otros llamaban a sus mamás, a las que veían entre los espectadores, cuando los flases de las cámaras dejaban de iluminar una escena que terminó con un sonoro aplauso de todos los asistentes. Porque la sincronización entre bailarines fue lo de menos, dado que los pequeños, convertidos todos ellos en ayudantes de Papa Noel, derrocharon simpatía y alegría.

La misma que le ofrecieron al San Nicolás que entró a la pista tras la coreografía y al que todos los pequeños miraron embelesados, igual que al Rey Mago que le ayudó a entregar unos regalitos a cada uno de los niños. María, Léa, Aroa, Alejo, Álvaro, Miguel... fueron pasando para recoger ese presente con la ilusión en la carita, reflejada en unos ojos que se abrían a experiencias nuevas y maravillosas.