El presupuesto de Zaragoza camina con paso firme hacia su aprobación definitiva después de que CHA e IU cerraran de nuevo filas en torno al Gobierno socialista frente a un PP que se quedó, una vez más, solo y desarmado. Porque 16 votos volvieron a ser más que 15 otra vez, y los conservadores fueron más incisivos con los socios que han permitido que salga adelante que con el autor material de las cuentas, que el pasado 29 de noviembre se defendió del último resquicio de crítica que le quedaba al asegurar que las medidas aplicadas este año permitirán reducir en el próximo ejercicio el coste de los servicios "en unos 25 millones de euros". Y con sus aliados de la izquierda alardeando de haberle quitado 800.000 euros del pago de intereses a los bancos, de haber incorporado 700.000 euros para nuevas contrataciones y de haber dejado el gasto social en 123 millones.

El vicealcalde y responsable de Economía y Hacienda, Fernando Gimeno, introdujo el debate asegurando que el presupuesto, de 667 millones de euros para el consistorio y 706 si se incluían las sociedades y patronatos, era "realista, prudente y ajustado" al coste real de los servicios, en los que se produciría ese importante ahorro con las medidas aplicadas este año (sobre todo con la nueva contrata del autobús).

REALISTAS

A su juicio, son unas cuentas que, como en los últimos tres ejercicios, "no han incrementado los impuestos, garantizan el mantenimiento de los servicios y el empleo en el ayuntamiento y la estabilidad presupuestaria", afirmó Gimeno, contribuyendo además a cumplir con los compromisos adquiridos por el gobierno español con Europa en cuanto al déficit.

Además, contrarrestó las críticas a ese 12,9% que representa la carga financiera --87,5 millones-- asegurando que en el 2015 el pago de intereses y deuda se reducirá ya "en más de 20 millones", lo que permitirá avanzar en las políticas sociales que, en el 2014, además se consolidan en el gasto. Y no hace peligrar que la ciudad funcione, a pesar del creciente impago de ciudadanos e instituciones, "que adeudan 40 millones" de los 120 totales.

El PP tampoco guardó ningún as en la manga y centró su contraataque en calificar de "tramposo e inservible" un presupuesto que "no es creíble". En su opinión, sale adelante por las "artes caudillistas" de un Gobierno que impuso el calendario y la ayuda de CHA e IU cuya aportación supone repartir "migajas" entre "sus amiguetes". "No quieren ganar las elecciones, quieren comprarlas y son baratos. Al final, mucho ruido y pocas nueces, y la mayor parte podridas", criticó el conservador Jorge Azcón.

"Descargar su rabia sobre IU y sobre el personal de esta casa, tiene un gran valor, pero ver al PP pintar menos que pichorras en Pastriz, no tiene precio", le replicó el portavoz de IU, José Manuel Alonso, quien destacó que "sí se puede" atacar el pago a los bancos. Carmelo Asensio, de CHA, subrayó que lo "importante" es evitar que afecten a Zaragoza "las políticas de recorte de la derecha" e hizo especial hincapié también en la supresión de dietas y de alcanzar un acuerdo que "supedita los intereses y diferencias partidistas" a los de la ciudad. El final deseado por el PSOE y un PP que queda tocado en el envite.