La Asociación Vecinal de la Madalena Calle y Libertad, ante la ampliación de 500.000 kilómetros en la red de líneas de autobús urbano que implica que nuevas líneas atraviesen el Casco Histórico, manifestó "su más absoluto rechazo a una ordenación que hace retroceder a Zaragoza a años en los que la movilidad no conocía el concepto de sostenibilidad". Desde esta entidad, el barrio debería haber avanzado en su peatonalización y en la pacificación del tráfico, pero "poco se ha avanzado" desde la aprobación del Plan de Movilidad Sostenible, "salvo en el recorrido del tranvía". "La realidad es que algunas de sus calles ni siquiera son de tráfico interno del barrio sino que pese a sus reducidas dimensiones se utilizan como vías principales de la ciudad".

Así, exponen que calles como San Vicente de Paúl continúan "soportando un volumen de tráfico desmesurado con continuos atascos". Frente a la opción de ir sacando líneas del Casco Histórico y avanzar en su peatonalización, la asociación lamenta que se esté haciendo todo lo contrario. "A las dos líneas actuales (21 y 22), que atraviesan San Vicente de Paúl se van a sumar ahora otras tres (28, 32 y 39) y el Coso Bajo acumulará un total de 10 líneas". Dos calles que "soportan un intenso uso peatonal, vecinal y comercial, incluido el desplazamiento de cientos de jóvenes que acuden a diario a tres centros educativos".

La AVV Madalena Calle y Libertad insiste en que es necesario que las "líneas bordeen el Casco y se fomente la intermodalidad a nivel de barrio y de ciudad". En este sentido, la asociación apuesta por su "paulatina peatonalización", que comenzó en la plaza del Pilar, calle Alfonso, entorno del Mercado Central y el tranvía y seguirá en Don Jaime. Por ello no entienden la entrada de más líneas: "no tiene sentido y va en dirección contraria a lo que debería ser el modelo de ciudad. Las zonas centrales de un barrio ya consolidado como el Casco Viejo deben volver al peatón".