El Ayuntamiento de Zaragoza ejecutará a partir de enero un "plan de actuaciones inmediatas" en el arbolado de la ciudad gracias al documento en el que están trabajando a través del servicio de Parques y Jardines. Se invertirá un total de 300.000 euros.

En este mapa de control del arbolado se plasmarán las características principales de los ejemplares plantados en la ciudad como su especie, talla o estado aparente. Se han establecido 25 parámetros, entre ellos el estado de salud y la estructura del árbol para clasificarlos.

Este plan de actuación abarcará los 73 polígonos en los que está distribuido el arbolado en la ciudad. En un plazo de dos meses se irán complementando las zonas más concurridas de público. Por el momento, ya se han clasificado siete polígonos pertenecientes a los distritos Centro y Casco Histórico y se ha determinado que, de las 933 unidades colocadas, 58 presentan incidencias significativas, 155 medias, 118 leves y la mayor parte, 602, no contempla ninguna incidencia.

PINOS PROBLEMÁTICOS

Tras esta revisión se iniciarán una serie de actuaciones inmediatas por condiciones específicas para la mejora del arbolado. El mapa de control contempla el estudio de las particularidades del pino ya que es la especie que protagoniza más del 90% de las afecciones durante los momentos de adversidad climatológica.

En Zaragoza hay plantados 8.630 ejemplares de esta especie, de los cuales 5.199 se encuentran en las calles. Y aunque solo suponen un 6% de la población total del arbolado (128.829) son los árboles que inspiran mayor peligro a los vecinos de los diferentes barrios de la ciudad.

De hecho, Amalia Barnola, jefa de la sección de gestión del arbolado del consistorio, declaró que el principal problema con los pinos es que el sistema de cultivo que se utilizó no permitió desarrollar sus raíces libremente y se formaron en espiral, por lo que ahora "no llegan a hacer anclaje" en el suelo. Como añadido, el peso que adquieren en la copa les hace más propensos a la caída.

"Habrá que priorizar", dijo el concejal de Medio Ambiente, Jerónimo Blasco, "hay que escuchar a la gente pero también a los técnicos", por lo que se actuará en los ejemplares que más lo necesiten dependiendo de la inclinación o si suponen peligro por encontrarse en una zona "diana" (paso de peatones, bancos...).

No habrá una tala masiva ni se tomarán medidas drásticas pero Blasco reconoció que la ciudad "convive con la herencia". "Se plantaron especies que al principio no dan problemas, pero luego hemos visto que sí", matizó. En cuanto a qué ejemplares sustituirán a aquellos que haya que talar, desde Parques y Jardines no supieron elegir uno, ya que depende de la anchura de la acera, la iluminación o la cercanía de los edificios.

Además de los pinos, otro de los criterios a tener en cuenta será la revisión de las zonas donde en los últimos años se han producido obras importantes y han podido afectar a las raíces de los ejemplares. Con todas estas actuaciones se pretende aumentar la seguridad en la ciudad. Blasco aseguró que la estadística de caídas "no es mayor que antes pero es cierto que es un riesgo porque ha aumentado la edad de los ejemplares, se han expandido por la ciudad y han crecido las zonas verdes".