Medio millar de personas participaron de la octava edición de la Bicicletada Escolar en Zaragoza, que recorrió el centro de la capital aragonesa para reivindicar este medio de transporte y fomentarlo por ser "limpio, rápido y eficaz". Durante cinco kilómetros llenaron las calles las decenas de familias que, desde la salida a las 10.30 horas en la plaza del Pilar, tomaron la ciudad con este objetivo, en una iniciativa que se enmarca en el proyecto Camino Escolar y que organizaban la asociación ciclista Pedalea y La Ciclería, junto a la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Zaragoza.

Esta cita busca promover en las próximas generaciones el fomento de la bicicleta y hacerlo en una jornada deportiva y festiva, favoreciendo además la autonomía de los más pequeños y sensibilizar acerca de los beneficios de su uso. "Queremos hacer ver al eslabón más débil de la cadena, los niños, el problema de los medios de transporte y hacerles por un día fuertes conduciendo la bicicleta. Tenemos que fomentar más su uso entre los pequeños", manifestó uno de los responsables de La Ciclería, Javier Cañada.

Así, recorrer la plaza del Pilar, Don Jaime I, plaza España, Independencia, Constitución, calle Asalto, los puentes de Hierro y de Piedra, o el paseo de la Ribera siendo dueños de la calzada fue una forma de sensibilizar en la importancia de un medio de transporte más sostenible.

Según explicó Cañada, el proyecto Camino Escolar persigue "dotar a los niños de la autonomía perdida con el auge de los coches como medio de transporte para todo en los últimos tiempos y hacer de las zonas próximas a los colegios lugares seguros para convertir así a los niños en seres autónomos desde la edad más temprana posible". Este programa innovador comenzó en Zaragoza el curso pasado, como una prueba piloto en los colegios Sáinz de Varanda y La Jota, y este año se ha ampliado a seis más (César Augusto, Jerónimo Zurita, Cándido Domingo, Torre Ramona, Cristo Rey y Agustina de Aragón). Actualmente, unos 320 niños recorren cada mañana su camino al colegio andando en grupo, acompañados de unos pocos padres y madres que se turnan.

Tras la marcha ciclista por el centro de la ciudad, se realizaron diferentes actividades lúdicas relacionadas con el mundo de las dos ruedas, como una exhibición de Bikepolo o un taller para aprender a montar y arreglar sus bicicletas. Jornadas como la del pasado 1 de junio sirven para poner en valor el trabajo que se hace en las escuelas, no sólo para impulsar el uso de la bicicleta sino también para fomentar la participación ciudadana, la autonomía infantil y recuperar la calle para la infancia.